"Se buscan hombres para un viaje peligroso. Sueldo bajo. Frío extremo. Largos meses de absoluta oscuridad. Peligro constante. No es seguro volver con vida. Honor y reconocimiento en caso de éxito".
(Ernest Shackleton en los periódicos británicos reclamando voluntarios para una expedición a la Antártida en 1914)

lunes, 25 de octubre de 2010

The New York Times se ha dado cuenta


Me he tropezado con una entrevista a un triatleta aficionado de cuarenta y pico años en el mejor periódico de Estados Unidos

Jeff Swensen for The New York Times
La foto: (In Pittsburgh, Dr. Ken Katz, 40, swim-trains during his lunch break)

If Mr. Goodman were younger, he might have joined a gym or played soccer, as he did in college. Instead he started doing triathlons. In a year, he lost 17 pounds and added 6 pounds of muscle, and is now able to run one mile in 6 minutes 30 seconds. He says he feels like a 20-year-old again.
“I’m not looking for my fountain of youth, but I am trying to stay as young as I can for as long I can,” said Mr. Goodman, now 40. “I didn’t realize how bad of shape I was in.”
Mr. Goodman is part of a generation of athletic, type-A men who are entering middle age and trying to hold on to their youth through triathlons — a race that combines swimming, biking and running. The sport has exploded by 51 percent since 2007, according to the Sporting Goods Manufacturers Association, and men in their 40s are one of the fastest growing segments in the sport, accounting for one-third of the 1.2 million triathletes.
The phenomenon is not restricted to Americans. In London, there’s even a term for triathletes pushing middle age: Mamils, which stands for middle-aged men in Lycra.
Skip Gilbert, former executive director of USA Triathlon, the sport’s governing body, said he believes the craze started when the triathlon became part of the 2000 Olympic Games in Sydney. Before then, "the perception was that triathlon was only for Ironmen,” he said, referring to the longest and toughest category of triathlons, which involves swimming 2.4 miles, biking 112 miles and running a 26.2-mile marathon.
“But shorter Olympic distance races at the Games gave more athletes a way to embrace the sport,” Mr. Gilbert said. What used to take 15 hours with Ironman competitions can now be done in as few as 3 hours in an Olympic distance race. A sprint triathlon, the shortest type, typically involves a half-mile swim, a 13-mile bike ride and a 3-mile run. “The sport gained momentum almost instantly,” he said.
In 2000, there were 50 USA Triathlon clubs. Now there are 831 throughout the country. In 2000, there were 229 USA Triathlon-certified coaches; now there are 1,800, according to USA Triathlon.
Some of the growth in the sport comes from aging long-distance runners, who switched over because of injuries, according to Dr. Michael J. Neely, the medical director at NY Sports Medicine and Physical Therapy, based in Manhattan. The shock on joints associated with running gets worse with age.
“Triathlons are much better for the body than long-distance running,” Dr. Neely said. “With triathlons, when you are injured running, you can still swim and bike.”
Ken Katz, 40, a doctor in Pittsburgh, had been running since high school and participated in one marathon and several half-marathons. But he stopped 10 years ago when he developed what he called “knee woes.”
“I got banged up and decided to diversify into triathlons, where you have the combination of the other sports to take a little of that pressure off specific injuries,” he said.
Soon, Dr. Katz was investing in bikes, traveling to races and hiring a coach.
That’s not to mention all the accessories and lifestyle brands that now cater to him and other triathletes. They can now buy TriSwim’s shampoo to remove chlorine, and sports drinks like Hammer Nutrition Heed, which is sold on Web sites like One Tri. There are aerodynamic helmets and sunglasses made for triathlons, as well as wet suits and tri-specific running sneakers made by K-Swiss, Asics, Zoots and Newton.
At Placid Planet, a bicycle and triathlon shop in Lake Placid, N.Y., the new must-have accessories are Zipp wheels and compression tights. “Zipp wheels are an aerodynamic carbon wheel that increase speed by reducing drag on the wheel,” said Kenny Boettger, the owner. Compression tights and socks, he said, help athletes recirculate oxygen and blood. “This is the big thing right now and it works,” he said.

Parece que la entrevista, salvo pequeñas diferencias, me la hicieron a mi

jueves, 21 de octubre de 2010

Reset


Como en los últimos cinco años, la tercera semana de octubre la utilizo para darle al botón de reinicio del sistema. En todos esos dispositivos con firmware más o menos bien diseñado, de vez en cuando sucede que peta o se traba o ambas cosas a la vez, la gente con conocimientos básicos ante las dudas desenchufa el aparato y lo vuelve a enchufar, o le quitas la batería. Sí, ante la duda de cómo arreglar la empanada mental y de motivación, desenchufa. Pues de eso va el tema en el triatlón, aunque parezca increíble algún día hay que dejar de entrenar para conseguir ese reboot del sistema y estar como nuevo, maqueado, para el curso que viene. El proceso de reinicio requiere pasar por un periodo de síndrome de abstinencia en el que los días son eternos y te da tiempo para hacer de todo, hasta ver a tu familia y tirar la basura antes de medianoche. El monazo es grande y los músculos, tendones y huesos(a partir de ahora hardware) no saben el porqué de este parón y se rebelan porque la otra noche se me subió el gemelo mientras dormía, cosa que no me ha sucedido todavía ni en los ironman. Al cuerpo le va la marcha, y de la dura.

lunes, 18 de octubre de 2010

Otro bonito final de temporada


Ya está aquí otro final de ciclo, y como en los últimos tres años con buen sabor de boca. Nos fuimos algunos calimeros a nadar entre Lobos y Corralejo y desde hacía varios días el windguru pronosticaba calma chicha, así fue en un 99%. Nada más empezar se notaba el gentío en el barco, 190 terminaron y la cosa va a más. Más gente, más diversión. Nos tiramos al agua y la gente colocándose. Cuando sonó la bocina la gente se descolocó y tuve un par de encontronazos tipo Ironman, pero no duró mucho, el Atlántico y la trayectoria recta lograron que la gente se dispersara a lo largo de un pasillo de casi doscientos metros de ancho. Esta vez ni vi el fondo, estaba pendiente de un grupo de cinco en el que iba, se me fueron dispersando a los lados y dos hacia delante y estuve poco rato solo hasta que me cogieron otros cuatro. Uno estuvo dos kilómetros a rueda mía y luego me atacó. Las sensaciones eran buenas pero como todos los años al llegar al muelle comercial el lactato estaba por todo el pecho y solo quedaba echar el resto. Nadé solo lo que quedaba y llegamos los calimeros en un pañuelo. Los PBB nadaron tremendo, a Teo lo atacaron las salemas pero sacó fuerzas de adentro y llegó muy bien para lo que ha entrenado. Agustín "The beast" Noval se llevó los 600 puntazos de un ranking ya sentenciado estaba como una Sea Doo tras nadar 15 km el día anterior, si es que la criatura nos salió desinquieta y va sembrando "La semilla del mal" por doquier porque ya me esta rondando por la cabeza la "posibilidad" de algún dia hacer La Bocayna. ¿Y qué del presi? Me tiene la moral comida, estaba ilusionado con ganarle en el agua tras estar diez días de vacaciones y resfriado tomando frenadoles a puntapala, pues el chaval quedó segundo de los majoreros. Seguiré al acecho pues.

sábado, 9 de octubre de 2010

I love Acuatlón El Castillo


Por fin salgo de un acuatlón contento, siempre he dicho que yo no sirvo para un acuatlón...y sigue siendo así, pero hoy por lo menos terminé satisfecho, ni sufrí en exceso ni terminé a media hora de la cabeza ni me pregunté nunca durante la carrera que qué hacía allí. Voy a narrarlo cronológicamente: Nada más levantarme miré por la ventana, era importante porque el día anterior había tiempo sur y esa concha del Castillo se convierte en una ratonera para malos nadadores si al vientito le da por invertirse, afortunadamente el windguru acertó y la playa era una piscina. Empezamos bien el día. Llegué al lugar del evento y no había un alma, el coordinador-corredor-speaker Zorritus estaba en su salsa y además estaba de amanecida ¡Y quedó segundo!¡Si es que este chico es un portento! Creo que voy a organizar una prueba del ranking, todo el que organiza un sarao de estos luego gana o hace podio y si no fíjense en el presi y en el zorritus. Bueno, a lo mio. Llegaron los chicos a cuentagotas y todos nos pusimos a contarnos que nadie entrenaba, bla, bla, bla, que si llevo tres semanas sin tocar el asfalto, bla, bla, bla, no nado desde el tres de marzo, bla, bla, bla. Tampoco en la universidad nadie estudiaba creo recordar. Llegaron los jueces que en el ferry se encontraron con Aroa Merino y la chica se apuntó de pasada al guateque, teníamos estrella invitada de Lanzarote, a ver si el año que viene vienen Gregorio y Nico, no estaría nada mal. El spray del juez sonó y todos a correr, el ritmo de los de delante no era exorbitante para lo que me esperaba, salvo Wbeimar que estaba empeñado en hacer pequeños sprints de forma aleatoria, me imagino los fartleks con el caballero, deben ser la repera. Nelson se estiró un poco enviciado como estaba con el profe Paco, otro que no despegó tipo cohete de la NASA. Me había fijado no llegar al 100% al agua, estaba al 99% todo OK. Me tiré al Atlántico y la sensación no era mala, cogí ritmo a la par que Agustín que se me fue unos metros, pasé a Raúl que perdió tiempo en el agua y unos metros atrás Aroa. Las boyas se veían perfectamente y eso que no eran muy grandes. Como en una piscina, salí del agua como un atún se mete en la barca y a correr. Agustín a 50 metros y por detrás Raúl a otros tantos, no se movió nada y en la meta pensé que no volveré a correr a pie hasta enero. En la carpa estábamos en familia y todos contentos. Me dieron el trofeito al 1º de veteranos y a casa a comer. Sábado perfecto.

lunes, 4 de octubre de 2010

Vaya desperdicio


Me refiero a estos días preciosos con temperatura perfecta y ni gota de viento, horario de verano y tiempo de sobra porque toca entrenar poquito, todo sea por no quemar el body y fastidiarla por contraer el temido síndrome del burn-out, no obstante los poquitos kilómetros en bici me los tomo como un auténtico cicloturista ¿Eso estaba allí?¡Qué guapo y yo sin fijarme! es lo que te pasa por la cabeza cuando pasas por la carretera sin mirar mucho para los lados. Echaré de menos estos días, entrenar sin estrés horario ni tener que robarle el tiempo a tu familia para echarle horas al tritura-tiempo este que es el triatlón de larga distancia.