"Se buscan hombres para un viaje peligroso. Sueldo bajo. Frío extremo. Largos meses de absoluta oscuridad. Peligro constante. No es seguro volver con vida. Honor y reconocimiento en caso de éxito".
(Ernest Shackleton en los periódicos británicos reclamando voluntarios para una expedición a la Antártida en 1914)

jueves, 24 de febrero de 2011

Jornada distendida o como pasar al lado de un fast ferry sin trabucar


Hoy no se cumplió nada de lo previsto, y qué mas da, así son las cosas y mejor no volverse locos, sobre todo si no se cumplen mientras te ries un rato. Pues nada, había quedado con Teo en la piscina a la hora habitual y nada más asomarme a la alberca veo al pajarero, insigne PBB, y me dice que la cosa está fea, que las chicas del sportbooking le dijeron que nanai, que hasta las siete nadaríamos mejor en otro lado. A los cinco segundos me veo a Fidel y a Big Marcos, lo de Big es evidente y más hoy que formaba olas en la calle más grandes que las del "Volcán de Tindaya". Las olas, claro está, las formaba después de una hora de reírnos a la sombra de las gradas de la piscina. La succión del Marcos llega a ser , por momentos peligrosa. Así da gusto no entrenar lo que pensabas, porque claro, a las ocho pasó el encargado de seguridad y nos dijo: "Closed, closed, the pool is closed" yo le respondí: "Chacho....tengo cara de guiri o qué", 1400 metritos menos, la hoja de cálculo tendrá flato, pero ni gota de remordimiento, al salir pasamos por el bar estilo Chill-out pretty cool que hay fuera y me fijé en los clientes que estaban en ese momento en el local, es que los triatletas lo son y lo parecen las 24 horas del día, podría reconocer a un triatleta entre diez mil personas al azar, el frikismo lo llevan como estandarte, y orgullosos están oiga. No solo de entrenos vive el triatleta coleguillas, mañana me castigaré más. Se los prometo.

domingo, 20 de febrero de 2011

Famosos, eso es lo que seremos


Porque todo el planeta podrá vernos a nosotros, los PBB y yo a través del Street View de Google, si, ese mismo, el coche que tiene un palo en el techo y una cámara que graba tanto el arcén como la barriga de una gaviota que pasa volando, el que te permite ir de viaje de forma bastante económica porque puedes pasar de estar en Union Square en Nueva York y a solo un par de clics de ratón te pones en Kuala Lumpur a ver el mercado municipal. La cámara nos cogió en Puert Lajas y seguro que nos borran la cara pero hemos quedado para la posteridad, como esa señora que fue fotografiada orinando en la via pública ¿Qué hacíamos allí los PBB y este servidor? Pues lo previsible, entrenar, fuimos a territorio Charlie es decir, del Vietcong, o territorio del norte en represalia por la incursión que tuvo el pelotón de Charlies ayer, los muy osados llegaron hasta Las Playitas y no pidieron permiso y ni mucho menos avisaron para rodar juntos. Pues Teo, Pacote, Raúl (mi ex-alumno) y yo nos adentramos donde se huele el napalm. Vimos ciclistas que jamás habíamos visto, gasolineras cuyos encargados nos miraban de arriba a abajo con extrañeza, carreteras cuyos guagüeros se arrimaban más de la cuenta como simple represalia a tanta osadía. El Teo estaba como unas castañuelas, estaba estrenando su flamante bici y no era consciente de lo que hacíamos, los otros dos al ser tan jóvenes idem y yo los engatusé "Vamos al Parque Holandés" les dije inocentemente, hasta nos sacamos una foto en la FV-1 para restregársela por la cara a los Charlies. Menos mal que la vuelta fue con vientito de popa porque si no no contamos la aventura, a estas altura de la temporada todo lo que pase de dos cifras se hace duro. Otra semana más, otra semana menos. Nos vemos.

viernes, 18 de febrero de 2011

Templanza y rectitud


Fue todo como por arte de magia, nada más arreglarse el termo de la piscina y ponerse el agua a la temperatura de un spa cualquiera cuando el agua se llenó de nadadores-turistas. Cuando me asomé por primera vez desde el arreglo a la swimming pool el espectáculo era como ver un documental de la BBC, de esos en que una supermanada de delfines persigue a un banco de sardinas. Calculo que habría unos seis por calle, por las ocho calles, pues casi cincuenta nadadores de élite dale que te pego a la vez. Una visual al cuadrante semanal me confirmó lo que mis ojos veían, ese día no podría nadar, y los siguientes con mucha dificultad. El llenazo era total, había huecos a horas prohibidas y habría que nadar a empellones. Me fui al mar, donde había más espacio pero al menos siete grados menos, difícil papeleta, hay un conflicto espacio vs. temperatura. Creo que a la larga ganará la temperatura y me dedicaré a bracear para todos lados para hacerme un hueco en alguna calle.
En cuanto al resto de los segmentos, la cosa se está poniendo seria, ya van unas cuantas semanas de la hoja de cálculo en color naranja, eso implica presión sobre los horarios y madrugar un poco más, vaya, lo que ya me se, la tuerca está empezando a girar a favor de las agujas del reloj. Ya estoy más cerca del tope que de la base de los entrenos y vienen las ocho semanas decisivas, con la parte gorda del volumen y la intensidad a tutiplén en puertas.
Ni siquiera estar acostumbrado te salva de momentos malos en los entrenos, uno no es de piedra y a veces a uno le gustaría bajarse de la bici a la tercera hora de empezado el entreno y quedarse en una playa de esas que trufan esta isla y ya está. Si no fuese tan duro esto no tendría gracia. Bali puede esperar.

jueves, 10 de febrero de 2011

A veces, solo a veces, aparece alguna buena noticia


Y sin que sirva de precedente porque este 2011 empezó torcido, que si la piscina rota, luego la piscina congelada, Catarro entre medias, luego Iván me apaliza, ya estaba desmoralizado cuando salí a correr esta mañanita temprano, me fui al circuito del semi Challenge, me meti en el hotel y me di cuenta que los usuarios de la piscina no tenían el neopreno puesto, pensé que una de dos, o estaba en presencia de una secta de ascetas del nepal que huyen de su cuerpo y no sufren ni padecen o estaba ante el esperado momento en que la piscina superase la veintena de grados en la escala celsius (293 grados kelvin para un científico friki) me acerqué, metí mi mano en el agua y entonces un rayo de alegría recorrió mi cuerpo ¡El agua estaba calentita! Hostiiiii, no me fui a mi casa a acambiarme para tirarme en ella de milagro, solo me contuvo el que inexorablemente tenía que ir a trabajar, y lo primero es lo primero.
El catarro es historia, hace buen tiempo, el agua está calentita, no estoy lesionado...En el triatlón, como en la vida, no esperes ganar en Kona porque tienes muchas posibilidades de no conseguirlo, es mejor alegrarse de que llegue alguna pequeña buena noticia.

domingo, 6 de febrero de 2011

Cuando pases, como con todas las cosas, hazlo bien


Bonito día en Playa Blanca que incluyó: Otro hito en mi camino hacia mayo, una demostración de nivelazo de los calimeros y una exhibición de Iván que hizo la mejor carrera que yo le recuerdo.
Tras llegar a los boxes, nos metimos en la autocaravana de Cándido y todo el mundo a comer espaguetis con tomate, yo me había llevado mi bocata sencillito, y es que el rarito horario de carrera no te dejaba ni desayunar ni almorzar como debe ser, lo bueno es que la solajera no permitiría que hubiera frío. Tras ver la salida de los del medio Enduroman, con nuestro Agustín entre los poquitos competidores nos dedicamos a analizar la primera transición con ojos de detective: La transición era terriblemente larga y de suelo típico de paseo marítimo, es decir, malo para correr descalzo, había piedritas suficientes para maldecir la maniobra. Acercándose la hora me fui a cambiar en una tienda puesta al efecto, me entrevistaron para la tele autonómica como a cualquier estrella, pero luego pusieron solo el 20% de la entrevista. De vuelta al tajo y tras revisar veinte veces lo que dejaba en la bici me di cuenta que no había puesto los calcetines en las zapatillas, mal asunto, eso hubiese significado ampollas con toda seguridad, tocaba revisar más veces entonces porque a mayor distancia mayor es la importancia de cada detalle y un olímpico ya son dos horas y pico dale que te pego, así que había que afinar. Me fui al agua y la salida era dentro del agua, me gustaba esto, en una zodiac estaba Bienve que me hizo una foto y me estrechó la mano, el mar estaba bastante picadito con el indeseable tiempo del este, allí que siempre estaba calmado, hoy tocaba olitas coñazo. El agua estaba cristalina y en el fondo se veían pececitos, pejeverdes a tope y alguna vieja, piedras enormes y de repente arena con sus dunitas submarinas, un espectáculo vaya, me sentía como Jacques Cousteau. Nos juntamos para la salida y no oí nada pero alguien dijo vaaaamosss y todo el mundo le siguió, pues venga, a nadar, empecé a ritmo bueno y seguí así, me sentía bien, tragué un buchito de suero salino pero no lo suficiente para desconcentrarme, tras unos metros me vi entre Raúl, El quillo y Jorge, estábamos nadando en familia, creía que estaba nadando decentemente y así lo hice, salí junto a Raúl y no muy lejos de los otros calimeros, de Iván mejor ni hablar que ya nada entre la élite. T1 de pena y en la bici a remar que quedaba hora y pico sobre la cabra, menos mal que el viento tocaba casi siempre a favor. Iba al 80% y me cogió "El quillo" pero no se me fue, Me cogió Sito y tampoco se fue hasta el kilómetro 30, estaba el chico fijo mirando para atrás y pensaba que tenía aprensión a que lo cogiesen. Todos los majoreros estaban bastante cerca pero las posiciones se mantenían. Dejé a Juan Antonio pero tampoco lo despegué lo suficiente para tranquilizarme, no tuve una bici muy espectacular pero es lo que hay a estas alturas de la temporada y el catarro reciente me serviría de coartada ante un tribunal, lo mejor es que cogí al zorritus pero casi al final, mal rollo. La T2 fue mejor y a correr se ha dicho, me sentía bien y corrí todo lo que pude sabiendo que Juan Antonio es buen corredor, cuando llevaba unos trescientos metros me veo a Iván de frente ¡No puede ser! pensé, me llevaba la minutada mi ex-archienemigo, "ex" porque para ser archienemigo debe sacarme menos de 5 minutos en un olímpico y así poder remontarle. Nada que hacer quedaba, el zorritus se vengó y me pasó pero no se fue muy lejos, el sábado fue el día de pasar a alguien y no irse muy lejos, es lo que tiene estar picado, es como cuando dos personas discuten y las dos siempre quieren decir la última palabra, al final se terminan acabando los argumentos y una de las dos suelta para rematar el ¡Y tú más!. Llegada la última vuelta corría al 110% y conseguí acercarme a los 4 minutos por km, la carrera fue lo mejor y la bici lo peor, así acaba el balance. Impresionado quedé del nivelazo de los calimeros, sobre todo de los que nunca entrenan y se salen. Son adorables.

miércoles, 2 de febrero de 2011

Balance a mitad de trayecto


Pues casi sin darme cuenta estoy en medio de la semana 15 del planing (o -15 según se mire) a mitad de camino de Puerto del Carmen el 21 de mayo. En el día en que decidí no ir a nadar (una sesión marcada como "opcional") porque entre este catarro que no termina de irse y el recuerdo gélido de la piscina me autoconvencí de que era mejor leer algún libro interesante de Murakami mientras me tomába una taza de un Earl Grey con leche, como haría cualquier vecino de Sommerset a estas horas mientras ve llover por la ventana, solo que yo veo palmeras dobladas por el viento norte.
Se puede decir que el balance es positivo, en cuanto a cumplimiento del planning estoy en un 102% tanto en la bici como en el carrera a pie. En el agua estoy en un honroso 91%, vale, no es del 100%, no he cumplido todo lo que me decía el papel. Pero es que este ha sido un año traumático, bastante me parece ese 91%, para empezar la piscina estuvo cerrada un mes y ha seguido sin calefacción. Se dice rápido, hay que probar esa agua para darse cuenta de la magnitud del asunto, solo rivaliza en gelidez la de Antigua, que ya es decir, una piscina que está en mitad de la pampa majorera. La temperatura del agua se está convirtiendo en un problema de esos que no te esperabas, incluso con neopreno a la hora de empezar empiezas a preguntarte si eso vale la pena, mala cosa esa de pensar que lo que te gusta no vale la pena. Hubo semanas que ni piscina ni mar ya que el Atlántico estaba endiablado. En resumen, me quiero convencer a mi mismo que todo va bien, y si no es así pues ¡Qué le vamos a hacer!¡A j***rse! Así que si alguna vez salgo delante del presi en el agua tendrá el doble de mérito. El que no se consuela es porque no quiere.
Y el sábado a Playa Blanca (LZ) a ver de qué va eso de hacer un olímpico la primera semana de febrero. Los calimeros al pie del cañón, como siempre obligan a uno a estar fino como una Gillette. Menos mal. Nos vemos.