"Se buscan hombres para un viaje peligroso. Sueldo bajo. Frío extremo. Largos meses de absoluta oscuridad. Peligro constante. No es seguro volver con vida. Honor y reconocimiento en caso de éxito".
(Ernest Shackleton en los periódicos británicos reclamando voluntarios para una expedición a la Antártida en 1914)

lunes, 21 de marzo de 2011

La primavera está aquí, welcome to the red zone


Ayer el día duró 12 horas y la noche duró 12 horas en todo el planeta, algo que a los astrónomos mayas, sumerios, griegos y hasta a Hipatia les traía de cabeza y los dejaba flipados, porque eso solo ocurre dos veces al año, habrá que esperar hasta el 21 de septiembre más o menos para que se repita esa singularidad. El equinoccio de primavera se llama el momento, algo que es intranscendente para la mayoría de la gente, que para un triatleta también lo es, pero lo que no es tan irrelevante para un friki de la larga distancia es que nada más empezar la primavera, no solo la sangre se altera, sino que la hoja de cálculo se tiñe de rojo, ese es el color en que se pone la celda sumatoria de las horas de entreno totales cuando pasa el umbral de las 22 horas de matraca, supongo que si pasa de 30 horas tendré que ponerla con fondo morado, de eso sabe bastante Agustín, pero yo tengo mi record personal en 27, que tiene tela el asunto. A los que no saben lo que significa pasar de lo razonable, resumiendo se los puedo explicar como que estás todo el día entrenando exceptuando esos brevísmos lapsos de tiempo en que duermes o trabajas. Dicho de manera más prolija, de los 8000 km de bici habituales que se prescriben en cualquier consulta para ir a un Ironman, el 40% se hará, espero, en las próximas 6 semanas. Más o menos las mismas cifras en los otros segmentos. Es como lo de ser montañero e intentar subir los catorce ochomiles, si subes el primero sabes que te quedan trece por subir, pues a mi me quedan el Everest, el K2, el Annapurna, el Kanchenjunga, el Cho Oyu, el Lhotse, etc. No obstante, debo desdramatizar el tema diciendo que el trabajo previo da, afortunadamente, sus frutos, porque ya soy capaz de correr hora y media y mis piernas no se caen a trozos y la verdad es que soy capaz de mantener ritmos que el año pasado no lograba. Claro llega el momento que te habitúas al castigo y hasta te parece algo normal y llegas a pensar: "Esa señora de sesenta y pico...¿Cómo es posible que no corra todas las mañanas quince kilómetros de nada a cinco el kilómetro al menos?..porque evidentemente no le vas a pedir a una jubilada que corra a cuatro, claro".
En otro orden de cosas, he de reconocer para mi mayor gozo y placer que soy parte de un club de auténticos máquinas, en el Du-Cross de Teror, Sito, Mateo, Cándido y Jane dieron una exhibición. Así da gusto, poco a poco este club está llegando cada vez más lejos.
Como dice Groucho: "Nunca entraría en un club donde aceptasen a gente como yo".
Les deseo felices kilómetros a los frikis allá donde estén, no les de pena reconocer que se pasan de la raya, piensen que no hacerlo es peor.

2 comentarios:

Toño dijo...

Ahora sí que empieza el baile. ¿27 horas?? así te pones. Que este año dicen que estas que te sales, a por ello. Un saludo maquina

Pascual Velázquez dijo...

Ese record fue en el 2009, y no se si vale la pena la verdad porque no dejas resquicio ni para mear. Saludos puntal y espero vernos pronto.