
Porque no solo del Ironman vive un triatleta y yo no le hago ascos a nada, si, lo acepto, un Ironman es el súmmum del triatleta, pero de aquí al 21 de mayo del 2011 queda mucho rato como para estar ocioso y sacar tripa, como a mí nunca me ha gustado quedar mal en ningún sitio habrá que ponerse las pilas y hacer alguna que otra serie para estar a la altura de las circunstancias que impone el calendario triatlético veraniego. Esto significa, resumiendo, que hay que subir el nivel de la frontera anaeróbica y cambiar el tipo de fibra de los músculos a unas menos lentas y menos resistentes, vaya, de esas que van rápido pero que tras hora y pico están pidiendo agua por señas. Ha muerto el volumen ¡Viva la intensidad! Ya sé que los especialistas en larga distancia tendrán arcadas cuando lean esto pero hay que hacer de la necesidad una virtud y si para sobrevivir hay que hacer sprints y acuatlones ¡pues vale! Si El Último Explorador de la tele es capaz de comer escorpiones crudos y beber su propia orina supongo que seré capaz de correr sprints, aunque sea para echar unas risas con los calimeros.
1 comentario:
Di que sí! Asi que ya estas tardando.. a mi me da que al paso que va la burra..carreras y entrenos explosivos no estan para mi por unos cuantos meses.
Saludos!
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