"Se buscan hombres para un viaje peligroso. Sueldo bajo. Frío extremo. Largos meses de absoluta oscuridad. Peligro constante. No es seguro volver con vida. Honor y reconocimiento en caso de éxito".
(Ernest Shackleton en los periódicos británicos reclamando voluntarios para una expedición a la Antártida en 1914)

domingo, 30 de marzo de 2008

Hay días en los que no se puede entrenar


Por ejemplo el de hoy, vientos de hasta 70 km/h, alerta amarilla. Pues yo salí, sin saber el parte metereológico tempranito y ya el viento soplaba duro, pero como los acoples los abrí un poco y gané en control del manillar (o estar menos vendido) y sumado a lo neófito que soy en la posición aero no me daba cuenta del tsunami de viento que venía. Bueno, sí me di cuenta, cuando estaba por la Quesería el manillar empezó a tener vida propia y la rueda delantera con ese perfil de 5,5 cm unido a los tres palos gordos parecía un potro salvaje aún por domar, es decir, estaba absolutamente vendido. Cuando decidí dar media vuelta y enfilé la bajada de Catalina García simplemente se me pusieron en la garganta. Estoy convencido que si hubiese pasado una guagua o un camión a mi lado, yo estaría en el hospital. Al final solo completé 60 de los 110 km previstos, pero es mejor haberlo dejado así. Al mediodía la cosa estaba peor y como lo primero es lo primero, es preferible esperar a otro día para entrenar a gusto y sobre todo con seguridad.

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