"Se buscan hombres para un viaje peligroso. Sueldo bajo. Frío extremo. Largos meses de absoluta oscuridad. Peligro constante. No es seguro volver con vida. Honor y reconocimiento en caso de éxito".
(Ernest Shackleton en los periódicos británicos reclamando voluntarios para una expedición a la Antártida en 1914)

domingo, 3 de mayo de 2009

El Volcano me pone o como pelearse con una almohada

4oo y pico participantes, el Calima en peso, Van Lierde y Jammaer ¿Qué más se puede pedir? Aunque parezca increíble había más, pero empecemos por el principio. Ya el mismo viernes Día del Trabajador, almorcé una pizza con el León, buen comienzo porque el León lleva meses sin rugir, se ha vuelto un felino civilizado que muerde más que ruge. En la furgona subimos a Salvi (el mismísimo Sr. Z) nada más llegar a Corralejo. Mi felicidad iba en aumento porque la ex-pareja de hecho son una de mis principales fuentes de materia prima para este blog como ya se habrán dado cuenta. Todo eran risas y más risas, pero entre una y otra el zorritus lanzaba algún que otro chasquido y me amenzaba con meterme diez minutos o más en la meta de La Santa. Yo estaba tranquilo porque Salvi no era mi objetivo prioritario pero fastidiaba porque la guerra psicológica es una de sus principales armas y yo ya estoy bastante obsesionado con el IM como para añadir más estrés al cuerpo. Nos fuimos a la pasta party y allí empezó el show de Luis ¿Cómo puede comer tanto? Arantxa debe estar arruinada haciendo cinco o seis barras de pa amb tomaca para desayunar cada día. Yo me fijé como objetivo atacar la Lasaña de entrada y finalizar con helado, vamos, un clásico del Volcano. Por la noche yo estaba ya, después de tantos chasquidos, skinfits y lasañas listo para el edredón cuando a Iván le entró almohaditis aguda, es un desorden psicosomático que consiste en darle hostias a la almohada toda la noche, seguro que Desi ya se habrá dado cuenta del asunto pero no me lo había advertido, así que eso unido a mis nervios por no se qué (síndrome pre-competitivo) consiguieron que no pegara el ojo toda la noche. Fue una de esas noches que piensas en todo, desde el ranking majorero hasta el conflicto árabe-israelí. En una de esas pensé que al día siguiente pagaría con minutos tanta lucidez mental, así que me dije no te preocupes chaval, lo tuyo viene dentro de tres semanas. Vi como la luz se filtraba en la habitación al amanecer y me quitó un peso de encima, ya tenía ganas de empezar a nadar.
Sonó el pistoletazo a pesar del cabreo de Kenneth Gasque porque algunos chicos estaban por delante de la boya de salida, por cierto, no le entendía nada de lo que decía por el megáfono. Pues empezamos a nadar y yo relajado a tope, iba muy bien la verdad, a pesar del gentío, ha sido una de las ocasiones que menos roces y golpes he tenido en esa laguna. No sabía cómo lo estaba haciendo, pero mal, lo que se dice mal no del todo porque no me despisté como en otras ocasiones haciendo eses por la charca. Capté la movida cuando me veo en los boxes nada más y nada menos que a Agustín y por detrás de mí al mismísimo León. Flipaba. Podía haber acabado la prueba allí mismo y yo hubiera estado feliz pero la cosa podía mejorar más aún. Me dije que era hora de quitar el freno y mandarle caña, que mañana sería otro día, que me olvidara por un par de horas del IM del día 23. Así lo hice y subí hacia Soo pasando gente y Agustín a unos 500 m, iba acoplado y me sentía bien, en la bajada a Famara, el espectáculo era delicioso, como si fuera un rosario de ciclistas de punta a punta. Logré llegar hasta donde Agustín y Rayco y nos vinimos juntos, yo además desesperaba porque no conseguía enganchar con Iván (¿Cómo puede rodar así estando recién casado?) y había perdido de vista al zorritus, entre medias pasamos a Mateo y bajando para la T2 despegué unos segundos al Sr. Noval. Comencé a correr a ritmo bueno y justo en el primer giro de la carrera a pie trinqué a Iván y le dije ¿Cómo estás? jodido, respondió, vaya carrerón para reaparecer en la competición, así da gusto pensé. Tan jodido no estaba. El presi me dijo también "Salvi no está a la vista" y yo entendí "Salvi está a la vista" por lo que intenté acelerar el paso para pescar al más huidizo de los calimeros. Agustín sacó la casta y me pasó. Por cierto, Luis iba primero, pero a pesar de ser una pasada, como es algo habitual no le damos la importancia que tiene, Luis se salió, así de simple. Me encontré de frente, al fin, con Salvi y estaba detrás de mí, yo pensé que lo masacraría en este blog al llegar a casa después de tanto chasquido pero sacó la mano para chocarla con la mía, aceptando la derrota y eso me tocó la fibra sensible, casi se me sale una lágrima viendo como ese portento de la naturaleza aceptaba que mi volumen de entreno pudo con su agilidad y que en su carita llena de sal se dibujaba una sonrisa. Llegados a meta me puse a contarle a todo el mundo lo bien que lo había hecho y me di cuenta que a todo el mundo (o casi) le había ido bien ya que hasta el León, al que yo me imaginaba sufriría como un perro le salió una carrera más que buena para su volumen de entreno (eso es clase), nada más pasar la meta este felino sacó su habilidad comercial y negoció con todo quisque, ¡Casi le vende dos culottes Skinfit al Jammaer!, nadie se cayó ni pinchó y todos nos acordamos de Beneharo, que tenía que estar allí pero que una caída le dejó más guapo que antes.
Antes de cerrar este post, quiero darle las gracias a todos mis lectores. Lo hago por ustedes. Ciao.

2 comentarios:

Pablo Herrera dijo...

Tú si que has demostrado clase y humildad.
Hicistes un carrerón y creo que el 23 de mayo lo vas a hacer mejor.
Allí estaré para verlo, animarte y seguirte, como lo hago con este blog.
La única pega es que me has tenido en espera desde anoche y toda esta mañana para saber tus impresiones de algo que ya imaginaba desde ayer.

Yeray "Guti" dijo...

Muchisimas felicidades Pascual, estas echo un crack. El año que viene espero estar en el vulcano. Sigue escribiendo tan bien que me lo paso pipa desde el pais de la pasta.