
Y sin que sirva de precedente porque este 2011 empezó torcido, que si la piscina rota, luego la piscina congelada, Catarro entre medias, luego Iván me apaliza, ya estaba desmoralizado cuando salí a correr esta mañanita temprano, me fui al circuito del semi Challenge, me meti en el hotel y me di cuenta que los usuarios de la piscina no tenían el neopreno puesto, pensé que una de dos, o estaba en presencia de una secta de ascetas del nepal que huyen de su cuerpo y no sufren ni padecen o estaba ante el esperado momento en que la piscina superase la veintena de grados en la escala celsius (293 grados kelvin para un científico friki) me acerqué, metí mi mano en el agua y entonces un rayo de alegría recorrió mi cuerpo ¡El agua estaba calentita! Hostiiiii, no me fui a mi casa a acambiarme para tirarme en ella de milagro, solo me contuvo el que inexorablemente tenía que ir a trabajar, y lo primero es lo primero.
El catarro es historia, hace buen tiempo, el agua está calentita, no estoy lesionado...En el triatlón, como en la vida, no esperes ganar en Kona porque tienes muchas posibilidades de no conseguirlo, es mejor alegrarse de que llegue alguna pequeña buena noticia.
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