"Se buscan hombres para un viaje peligroso. Sueldo bajo. Frío extremo. Largos meses de absoluta oscuridad. Peligro constante. No es seguro volver con vida. Honor y reconocimiento en caso de éxito".
(Ernest Shackleton en los periódicos británicos reclamando voluntarios para una expedición a la Antártida en 1914)

martes, 29 de diciembre de 2009

Se va un buen año, el siguiente será mejor


Para redondear los 100 artículos en el 2009 lo mejor sería una especie de resumen como hacen los servicios informativos de RTVE, la verdad es que últimamente todos los años se parecen bastante, graciosa rutina esa de empezar a entrenar en noviembre, divertirse bastante en el Duatlón de La Santa, desierto competitivo de dos meses donde se cuecen las piernas y el corazón para estar bien en el Volcano y brillar a tope, dentro de mis posibilidades claro, en el Ironman en el tercer sábado de mayo, luego viene la divertida pedrea del verano con pruebas cortas e intensas en pulsaciones y diversión, el postre se da en la travesía de lobos, unos días de asueto y vuelta a empezar. Es difícil, si estás fuera de este tinglado del triatlón, imaginarse tamaño despropósito, es decir, emplear una media de 14 horas semanales con un máximo de 26 sin recibir un duro a cambio, más bien al contrario, con la pasta que cuesta. Claro, para pensar eso se tiene que estar fuera de esto, desde dentro se ve de otra manera porque en primer lugar se potencia la autoestima al conseguir objetivos nada fáciles usando dos armas básicas y al alcance de cualquiera que se lo proponga: planificación y disciplina. Con ese par de instrumentos consigues sentirte el rey del universo cuando cruzas la meta de Puerto del Carmen. ¿Todo se reduce al Ironman? No, los triatlones cortos son divertidísimos, pero la disciplina y planificación necesarias para ser finisher en ellos no es, ni de lejos, comparable. No obstante si eres top ten de un tri sprint, que te quiten lo bailado y además, evidentemente mi punta de velocidad ya pasó a mejor vida, así que uno debe explotar sus cualidades, algo que hace todo el mundo de forma natural. La gente que corre larga distancia es estoica de vocación, y eso es algo que no abunda en un mundo tan hedonista como este en que nos ha tocado vivir. Disfruten de las fiestas queridos lectores y a los Ironman les digo que sean hedonistas a tope por un rato, porque el colmo del frikismo sería tomar Acuarius en la nochevieja. Menudo año el que viene.

2 comentarios:

Pablo Herrera dijo...

Hola león!
Muy buena crónica para terminar el año.

Saludos.

Pascual Velázquez dijo...

Gracias León, nos veremos en estas carreteras sufriendo un rato.