Hoy era el día después de lo de ayer. Es decir, se supone que después de lo de ayer había que hacer kilómetros al estilo turista que alquila bici en Versalles para ver el jardincito de Luis XVI, más concretamente en el argot técnico, tocaba "regeneración" e ir en plan globero por el centro de la isla. Pues nada de eso, El León debió haber pasado la noche en vela mascando la venganza porque el estropicio que hizo no se lo merece nadie. Creo que quería demostrar que lo de ayer fue un pajarón o algo así porque nada más transcurridos los kilómetros que el protocolo designa como de no agresión se dedicó a ponerse delante a lo Guido Bontempi. No es que me parezca mal, ¡pero es que yo quería un domingo tranquilo joder!, para colmo, y como si no le conociera, el Agustín se unió a la fiestita y se ponía a tirar como un poseso y como El León se irritaba cada vez que le quitaban la punta del grupo como si le quitaran el hueso que roe en la comida pues ¡más se liaba!. Lo de Salva atacando en Agua de Bueyes es un clásico, eso está más repetido que Lo que el viento se llevó. Por cierto, hablando de viento, vaya ventolera que había que lo empeoraba todo ya que ponía la melena del León más erizada. Sinceramente yo no estaba de humor para batallitas pero me veía envuelto en la gresca sin querer. Hubo un momento en que me veía a mi mismo haciendo relevos (intentaba que fueran cortitos, eso sí) en la bajada de Nuevo Horizonte con un huracán de frente con los dos locos esos (De la escuela leónica, ¡qué casualidad!) y me decía a mi mismo ¿eres jilipollas o qué?. A la vuelta la cosa fue mejor porque con la brisita de espalda subir, por un día, fue más fácil que bajar. Durante todo el recorrido El León no soltó el hueso, ¡Ay quien osara quitárselo!, saltaba hasta cuando veía a las motos pasar al lado. Yo, mientras, me preguntaba cómo lo estaría pasando Iván, porque tengo que reconocer que si yo, que he hecho una kilometrada en comparación con él sufría, él las estaría pasando como Cristo durante la crucificción. Pues el presi como si nada (aparentemente), sabe disimular mejor que un político. Bueno, le delató el quedarse rezagado un par de veces pero la cara no fue, esta vez, el espejo del alma, o bien sabe sufrir de verdad verdad. El David Escobar fue una víctima de los zarpazos del León porque fue valiente sin tener en cuenta la diferencia de volumen a estas alturas entre ambos. David ofrecía una y otra vez el torso desnudo para que el felino le hincara el diente y el resultado fue un pajarón al final del día. El León no tuvo piedad. Yo no le intentaba quitar el hueso y sus harañazos no me tocaron. Ahí queda eso.
Datos del día: 85 km con viento del cutre y una fiera herida no son una buena combinación para relajarse.
3 comentarios:
hola estoy vivo
por fin vaya coñazo, el de introducir un comentario.
estoy contigo en que lo del domingo fue una auténtica salvajada, y entorno el mea culpa por entrar al trapo, gracias a Dios, lo del domingo pasó el domingo, no piunché el dia anterior, y tampoco pájara.
pero lo más importante es que el domingo para mí fue f'''(xo)=0, los entendidos me entienden.
felicidades a todoos los que cumplieron los objetivos el sábado, y gracias PASCUAL por recoger mis pedacitos el domingo, aún así me valio de mucho. la coke, me resucitó...
solo me falta que me digas como meter el blog en la zona ironman
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