"Se buscan hombres para un viaje peligroso. Sueldo bajo. Frío extremo. Largos meses de absoluta oscuridad. Peligro constante. No es seguro volver con vida. Honor y reconocimiento en caso de éxito".
(Ernest Shackleton en los periódicos británicos reclamando voluntarios para una expedición a la Antártida en 1914)

sábado, 28 de abril de 2012

El Volcano tiene tremor (no trémor, por favor)

Es que esta prueba no defrauda, tiene un no se qué que la hace especial y nunca te deja indiferente, bien porque las pasas canutas o porque entras en el nirvana. Para empezar solo hay que reparar en que pernoctar con calimeros es una sobredosis de triatlón y de algo más, menos mal que mi compañero de habitación Juanjo fue modélico y dormí, por fin, a pierna suelta.
Tras la tormenta de la noche del viernes en el norte conejero parece mentira que la mañana siguiente Tinajo parecía el edén sobre la Tierra, los torrentes de agua en el monunmento al campesino dieron paso a pajaritos cantando, personas paseando a sus perros (o sus perros a ellos), familias en el porche conversando y a una tropa de gente encantada de ir a ver el Volcano Triatlón que cada vez es mejor.
Llegamos a tiempo a La Santa y lo primero que debe hacer todo triatleta es la guerra sicológica, algunos son unos ases en esta materia ¡estoy fatal, solo pude hacer 500 km esta semana!¡Estás fino tio!¡Qué!, ¿Este año para Hawaii, no? Son algunas de las puñaladas que te lanzan para que tu ego se infle y a la mínima te derrumbres, esa es la táctica Guardiola y muchos triatletas abusan de ella, tanto es así que ya nadie se pone farruco como hacía el presi en sus años gloriosos, así que Iván estaría demodé virtualmente, tendría que reciclarse con un curso intensivo. Pues eso, tras envainar las armas porque en el agua no se puede hablar, nos pusieron en la orilla en la salida más extraña que haya visto, algunos estaban en el agua, otros en tierra y otros eran rebeldes y no retrocedían a las boyas de salida. Lo más alucinante, tras en enésimo discurso inniteligible de Kenneth con su megáfono del chino, fue que al dar el bocinazo, unos treinta participantes se pusieron a correr, si correr, lo más cercano a la orilla que podían y calculo que avanzaron tanto que yo tardaría nadando cinco minutos en cogerlos. Los del otro lado se quedaron con cara de tontos. No se si eso es ilegal, pero muy normal ni ético debe ser, no deber ser muy edificante ver a alguien que complete un kilómetro a nado en cuatro minutos. En lo que a mi respecta estaba con el agua a la cintura y era más rentable nadar que intentar caminar. Nadé bien y sin pizca de ansiedad ante la marabunta. Ni un solo roce tuve en todo el recorrido, algo increíble para trescientos y pico personas metidos en una charca. Vi a algunos calimeros pero yo a lo mio. Salí bien y más aun cuando vi a Teo a unos pasos tras mi, cosa que no sirvió de mucho porque con mi proverbial parsimonia en la T1 se me fue antes de ponerme el casco, con Marcos me pasó lo mismo. En la subidita a Soo cogía al gigante de la mala suerte porque según su testimonio nada más pasarle se cayó y se volvió a aplicar al bricolaje como hace dos semanas, le llamaré Marcos McGyver porque con dos piedras intentó reparar el plato grande, que había quedado con forma de huevo tras el aterrizaje. Ese tio es mi ídolo. Cada vez que lo veo le pasa algo con la bici y sale airoso del entuerto, luego me confesó que hizo toda la bici con el plato chico. Desconocedor del percance seguí pasando gente en esa subida que siempre me gusta subir, incluso pensé que tal vez me estaba excediendo un poco y que sería mejor guardar un poco para después. Alcancé a Toñín que había nadado como un torpedo bajando a Famara, el viento de cara imponía ir con la espalda paralela al suelo. De camino a la villa ya estaba esperando ver caras conocidas y allí estaban, Teo, Jorge y Mateo los primeros. Había que dar más vatios porque iban a tope, por detrás se me acercaban el resto de calimeros y así fue que Juanjo me cogió a unos segundos de bajarnos de la bici. Estaba desolado porque ese almeriense cuando le da por remontar parece un salmón que va al desove en Alaska y yo era un pedrusco del arroyo. A correr, iba bien y pensaba darlo todo, pensé que con mucha suerte y esfuerzo podría coger a Mateo pero al final de la primera vuelta seguí de largo en el punto de giro y perdí al menos treinta segundos, que no pueden parecer mucho pero que en estas situaciones son determinantes, tanto que empecé a temer que mas que coger yo a alguien tal vez sería a la inversa. Vi como el Zorritus se lesionaba y paraba, Toñín y Marcos me dedicaban dardos sicológicos al encontrármelos de frente pero yo me hacía el loco. La última vuelta apreté para neutralizar el acoso de Saúl y se acabó, una lástima. Después a contar mentiras y a exagerarlo todo, como debe ser.

lunes, 23 de abril de 2012

La carne es débil

Eso pensé cuando quedaban pocas horas para expirar el plazo de inscripciones para el triatlón Volcano del próximo sábado ¿Cómo iba a dejar escaparlo? Es verdad que no tengo la rodilla al 100% y que la razón me aconseja no abusar de mi estimada rodilla izquierda, que dicho sea de paso, no tiene la misma personalidad que la derecha. El triatlón ha minado tanto mi psique, me ha hecho pasar tantas hora escrutando a mi cuerpo que ya me he dado cuenta que mis dos rodillas son como si fuesen dos hijas gemelas, se parecen pero no son idénticas. Pues eso, que no podía dejar escapar a mi triatlón fetiche. Me vendrá bien para desconectar de las carreteras majoreras que las tengo más vistas que Lo que el vientos e llevó o Lilo y Stich (Efecto colateral de tener un niño en su momento consumidor compulsivo de deuvedés). Bueno ¿Y cómo van los entrenamientos? Estoy harto que es lo más suave que se puede decir, estas semanas rojas le hacen plantearse a uno asuntos existenciales que solo te planteas en situaciones extremas, menos mal que la experiencia me dice que esto es cuestión de tiempo que pase y que volveré a tener esas mañanas de domingo en que pueda levantarme cuando quiera o dejar correr tanto tiempo como dura una peli de la serie Piratas del Caribe o  parezca mi vida un remake de Forrest Gump. Para acabar, he de aprovechar estos momentos en que mi club sigue siendo tercero de Canarias por puntuación y pregonarlo no sea que no se lo sepa alguien todavía, recuerden que los vikingos estuvieron en América la tira de veces antes que Colón y no se lo dijeron a nadie, luego llegó el genovés en plan guay y lo publicitó bien y fíjense el resultado.  

domingo, 15 de abril de 2012

Día para recordar

Como unas castañuelas estaba al cruzar la meta, hace solo una semana yo ponía en duda que pudiese participar en el Challenge de Las Playitas y es que la rodilla me impidió ir a Corralejo y con el paso de los días no terminaba de ponerse al 100%. Estaba temeroso de mi encantadora rodilla izquierda y también de las legiones de medusas que últimamente acamparon en nuestras playas, viendo el resultado de algunas picadas de esos bichos me daba la impresión que sería más peligroso un medusazo que un pinchazo en la carretera. Estas dos ideas no dejaron de rondarme la cabeza la víspera a la prueba y, afortunadamente,  al final no se dieron ninguna de las dos, ni dolor de rodilla ni aguasvivas. Perfecto.
Ambientazo en los boxes. La playa era una fiesta. Los Pros que salen primero para darles ventaja y así tardar un poco más en cogerlos y que no menguara el espectáculo. Listos todos, nervios contenidos. Al agua, salida con espacio para todos que el Atlántico no es tan grande como el Pacífico pero es suficiente para doscientos y pico embutidos en neopreno. Salí a ritmo de entreno para no llenarme prematuramente de lactatos, tuve que acelerar porque si no me quedaba a recoger las vallas. Nadé cómodo pero me di cuenta que iba algo lento, al final tres minutos menos que el año pasado que hicieron que fuese uno de los últimos calimeros en salir del agua, algo que hacía tiempo no pasaba. La primera transición era larguísima, casi que debían dejar que nos pusiésemos unas zapatillas o unas nailas para ir desde la playa a los boxes. Ya en la carretera me puse a no cometer el error del año pasado de salir al 105% e intentar ir de menos a más. El primer conocido en tropezarme  fue a Juanma al que pasé en Juan Gopar pero que luego me dejó en la bajada de Tesejerague, luego fue Toñín en La Calabaza. En la base de la escalada a Las Hermosas me encontré a Marcos haciendo bricolaje con su cadena y echando espuma por la boca mientras increpaba a todos los dioses del olimpo. La subidita me la tomé con calma, reitero que quería ir a más y sabía lo que quedaba por delante. Efectivamente la siguiente subidita a Chilegua me estaba esperando para machacarme pero esquivé sus golpes como pude. Menos mal que animaban duro desde las cunetas todas esas personas que sería imposible de mencionar sin olvidarme de alguno, a todos muchas gracias de corazón. La bajada a mi pueblo lo hice con todo metido. A cambiarse para correr. La rodilla pasaría la prueba del algodón inmaculada ya que apenas me molestó. Me sentía cómodo salvo un pequeño bajón entre el 12 y el 15. Corrí con ganas y mejor a medida que pasaba el tiempo, a 4:47, hace una semana sufría para ir a 5:22 . Cogí a los enormes Mateo y Juanma y huyendo de Cándido que está que se sale llegé al arco de meta de la mano de Álvaro con una sonrisa inabarcable en la cara. Por esto se entrena lo que se entrena, por esto.

lunes, 2 de abril de 2012

Los idus de marzo

El mes clave, abril es como calcular la frenada en los coches de esa famosísima escena de "Rebelde sin causa" con James Dean al volante y Natalie Wood dando la salida a la funesta carrera, si no llegas pierdes y si te pasas estás acabado. Ni más ni menos, hay que medir bien porque no se puede llagar muy verde ni muy pocho. No siempre se puede estar al 100% una verdad como la catedral de Burgos, ese es un consuelo recurrente cuando las cosas van mal, o mejor dicho no tan bien. No se crean que estoy poniendo las típicas excusas de los que no ganan, primero porque yo he ganado muy pocas veces y segundo porque como mi primer objetivo en una prueba es ser finisher y después viene lo demás (entre ellas que no me coja Cándido) no voy ahora a dármelas de ser un Mourinho de esos que la culpa de que las cosas le vayan mal es del resto del universo. Pues ahí va, en marzo he tenido principio de bronquitis seca (si es que existe), contractura en el gemelo derecho y para rematar la rodilla izquierda me tuvo parado tres días de inactividad total y una semana de ritmos y volúmenes deprimentes, que hacían pensar que era realmente mejor estar parado leyendo una buena novela. Me decía un amigo que esto mi iba a venir bien, que un descanso obligado es como un reset y un anti-síndrome "burnout". La rodilla parece que va a menos pero lo irremediable de todo es que es la primera vez que no me presento a un tri en que estoy inscrito y para más inri el de Corralejo. Ley de Murphy número 33. Relativizar es la clave, hay cosas en la vida más importante que esto ¿O no? 
Lo peor que hay es leer un lastimoso artículo en un blog, así que para terminar diré que los calimeros van a tener que correr mucho y sudar la gota gorda para cogerme porque no me voy a dejar.