"Se buscan hombres para un viaje peligroso. Sueldo bajo. Frío extremo. Largos meses de absoluta oscuridad. Peligro constante. No es seguro volver con vida. Honor y reconocimiento en caso de éxito".
(Ernest Shackleton en los periódicos británicos reclamando voluntarios para una expedición a la Antártida en 1914)

sábado, 9 de noviembre de 2013

Planeta Kalima (Capítulo XXVI: Lobos y leones )


Iván R. llevaba mucho tiempo meditándolo. Ya era hora de contarlo, quitarse la losa que cargaba su conciencia. Tenía que decirlo alto y fuerte a los cuatro vientos, tenía que salir del armario, declararse un adicto a las series de televisión, pero sobre todo a una de ellas, a Juego de Tronos, la serie que le hacía suspirar, reír y llorar, la serie que le evadía de la sufrida vida de triatleta, pero como está muy mal visto en nuestra sociedad ser un friki, y el ya lo era del triatlón, ser doblemente friki sería doblemente mal visto por sus allegados.

Se presentó al casting del concurso de preguntas sobre su serie favorita y lo cogieron a la primera porque contestó correctamente a treinta preguntas seguidas que versaban desde el número de lobos que tenían los Stark hasta el color de pelo de la madre del rey Geoffrey.

¡Ahora el teleconcurso favorito de todo el mundo! Se desgañitaba el presentador, el público del estudio bramaba "El juego de Juego de Tronosssss" mientras aplaudían como sí la vida le fuera en ello.  Las paredes del estudio imitaban la de un castillo medieval, había estandartes con escudos de leones, lobos y algunos cuervos disecados que daban grima. -¡Vamos a empezar, tenemos a tres grandes fans de "Juego de Tronos" que contestarán a todas las preguntas- De Iván salió un alarido "Vamos Invernaliaaaa" como si estuviese en la salida de un Ironman esperando el bocinazo. Muy bien, decía el presentador, me gusta tu traje Iván  (nuestro héroe lucía un disfraz de dragón, con escamas verdes y una cola de goma, en la cabeza el casco aero pintado de forma bastante mejorable imitando la cabeza de uno de los tres dragones. Le quedaba un poco arrequintado y las costuras amenazaban con claudicar) -Es un traje de niño XXL con algunas mejoras- respondió. El presentador sonrió, tardó uno o dos segundos en moverse y se dirigió al primer concursante que iba disfrazado de soldado con un enorme León en el pecho, era evidente que adoraba a los Lannister. -Carlos, empezamos contigo, elige una categoría- en frente de ellos había un panel luminoso donde se podían leer los temas de los que iban las preguntas: La guardia de la noche, Dragones, Geografía, Lenguas, Los Lannisters, Los guardianes del muro y Los Stark- sí aciertas conseguirías 100 puntos -Vale vale vale, se apresuró a decir el joven, elijo "La guardia del Rey"- Muy bien ¿A quien mató Jamie Lannister para que le llamarán "El matarreyes"? -el joven no tardo ni un segundo en responder ¡Es muy fácil, la respuesta es el rey Aerys II de la casa Targaryan- Correcta la respuesta, 100 puntos para Carlos remachaba el presentador. Carmen, te toca (la segunda concursante era una chica bastante poco agraciada pero simpática, lucia orgullosamente una camiseta con la cabeza de un lobo, una fan declarada de los Stark), elige un tema -Vale, elijo "La guardia de la noche"- el presentador sacó un sobre y arremetió ¿Quién mató a Qhorin mediamano detrás del muro? -inmediatamente la chica respondió: ¡Fue el hijo bastardo de Eddard Stark, Jon Nieve...y además será mi futuro marido!- Vaya, estáis arrasando como el fuego -dijo el presentador mientras Iván saltaba y decía ¡y hielo....fuego y hielo! Es un chiste de la serie jajajajajaj -el presentador con cara de fastidio dijo ¿Siii? Bueno, te toca Iván, elige tema -vamos con geografía- decía mientras Iván se frotaba las manos. Iván se conocía cada playa, cada montaña y cada río de Poniente y hasta los desiertos de la tierra de los Dothrakis. El presentador sacó el sobre y con tono tranquilo dijo: ¿Cuál es la capital de La Rioja? Tras unos instantes en silencio Iván preguntó al presentador si no se trataba de geografia de Juego de Tronos y el presentador le dijo que no, que era una suerte para él que fuera geografía de España. ¡Cáceres! Respondió. Tu sabes que no es esa la respuesta -ya lo se, dijo Iván tristemente- sigue siendo tu turno, elige otro tema. -los Lannister, dijo el triatleta mientras juntaba las manos como rezando- Muy bien, Los Lannister son la familia más rica de poniente...la pregunta es ¿Qué es el IBEX 35? Iván entornó los ojos y dijo en voz baja: Dios, ojalá no tuviera este disfraz encima. ¡No lo se! ¿Por qué me tocan a mi todas las preguntas difíciles? El presentador se le quedo mirando fijamente y le dijo con tono de hastío -te daremos una última oportunidad con una pregunta de cultura general- sacó otro sobre y lentamente dijo: ¿Qué es el Dalsy? Iván se apresuró -¿La esposa del pato Donald?

domingo, 3 de noviembre de 2013

Planeta Kalima (capítulo XXV: Pink Flamingos (homenaje a Divine) )

Vuelva en dos horas, esta fue la frase que le dijo un tramitador judicial muy atento, un poco flaco y tostado por el sol de forma desigual porque se notaba que los hombros eran más pálidos. Nuestro desconocido se había resignado a perder la mañana y pensó que lo mejor sería rellenar ese agujero temporal con una visita al peluquero, no lo tenía muy claro porque las peluquerías de caballeros suelen estar muy concurridas así que pensó en la única que podía estar ligera de trabajo. No estaba lejos. En un periquete estaba delante de la puerta de "El remolino rebelde - peluquería unisex". Efectivamente había una terna de peluqueros, uno de ellos ocioso así que no tenía opción. Miró alrededor y no le inspiraba mucha confianza el hecho de que hubiese posters de triatletas de la isla con sus peinados ochenteros y una fila de camisetas de finisher del tri de Corralejo y del Volcano enmarcadas y ordenadas cronológicamente. Al fondo había una especie de altar con un montículo parecido a un arbolito de navidad formado por medallas de esas que te dan al cruzar la meta, sin duda hecho con mucho amor.
Buenos días, pase por aquí caballero le dijo el peluquero que le señalaba la silla con una sonrisa amplia. Mientras le colocaba el "babero" pensaba en si había dejado el coche bien aparcado porque veía rayas azules en el suelo por todos lados fuera en la calle.
¿Como lo quiere?¿Corte a navaja?¿Algo en especial? -Al tres a los lados y arriba a tijera- le respondió de memoria. Una vez acomodado y mientras se miraba las patillas asilvestradas puso atención en la conversación que tenían a su lado los otros dos peluqueros.
Esooo, esoo no es nada, yo te puedo decir que una vez en el tri122 corrí tanto tanto que un perro de caza no me pudo coger mientras yo tenía en la mano una chuleta de cerdo...ese año dieron chuletas en los avituallamientos. -¡¡Venga Ya Fer!! eso no es nada chaval, no me vas a impresionar, eso lo hace hasta Rafa, yo en esa carrera caí en que había dejado las llaves del coche en el apartamento, fui hasta la habitación, volví y aun así Juanjo no me cogió. Y ese año no dieron chuletas que fueron bizcochos de Moya - Tienes razón Miguel - respondió -¡Pero esos bizcochos sabían a chuleta!.
¿Sabes quien es rápido corriendo? Iván, si que corre - dijo el tercer peluquero saliendo de su silencio. Fer y Miguel se miraron un instante pensativos mientras seguían dándole a la tijera en modo automático. El tercer peluquero era Juanma, antiguamente político profesional, había perdido su cargo por culpa de la maldita crisis como tantos otros cargos públicos al que les estalló el globo en las manos, ahora estaba en pruebas con un contrato basura y sus jefes al menos le trataban con dulzura. Pensaba que después de todo tenía suerte.
El otro día tuve que cortarle el pelo a Kándido -decía Fer- ¡Que coñazo! tiene el pelo tan fuerte y rizado que el otro día se le metió un mirlo en la cabeza y a las dos semanas salió con otro pájaro y una docena de huevos. No me das pena -replicó Miguel- con Markos estuve cuatro horas para poder hacerle unas mechas, tiene el pelo retinto y no pierde color ni con lejía.
¿Los huevos del petirrojo no son azules? dijo Juanma -¿Qué?- dijeron al unísono Fer y Miguel - Si muchachos, digo que los huevos del petirrojo son azules a pesar de salir del culo -Fer y Miguel estaban desconcertados - Una vez estuve en el Loro Parque y me quedé mirando el estanque de los flamencos, uno se me quedó mirando, yo lo miré y el me miró a mi...hubo, hubo una especie de conexión...fue raro.
Fer volvía a tomar la iniciativa ¡Eso sí, pelo bonito es el que tiene Oona Chaplin, está tan buena que mientras salía en Juego de Tronos la tele se llenó de vapor y tuve que ponerme gafas polarizadas para ver algo! Miguel celebró la anécdota con una risa y Juanma volvía a la carga -Ana Botella si que es guapa- Fer y Miguel ni respondieron -Una vez fui a la presentación de uno de sus libros, ¡Esa mujer es impresionante!
 
 
 
 

domingo, 14 de julio de 2013

Der längste tag des jahres

Dentro del agua la vista era estremecedora, estaba en el epicentro de una marabunta nunca vista por mis ojos de gorros rojos esperando a que el reloj marcase la hora. Este mismo momento seis años antes me hubiese provocado un infarto de miocardio pero, evidentemente, la experiencia es un tesoro y sabía que por muchos que hubiese en el agua si ellos querían ahogarme tendrían que currárselo. El speaker hablaba en alemán y no entendía nada salvo la frase del título de esta entrada que traducido del idioma de Goethe quiere decir "El día más largo del año" y eso porque estaba en todos los carteles. Pusieron el sonido de un reloj de cucu a modo de cuenta atrás y ni con esas mis pulsaciones se alteraron. No sonó nada pero todos se pusieron a nadar y yo no iba a quedarme a comer pretzels. Esperaba mamporros a mansalva pero me daba la impresión de que la gente pensaba lo mismo que yo, se diría cada uno a si mismo: "Mira chaval, déjate de historias y nada en tu sitio porque pasar al muro que tengo delante es imposible, y por favor...virgencita que me quede como estoy". De hecho, pensaba que algo no cuadraba, la primera recta la hice a ritmo de pez chupafondos de esos negros que están en cualquier pecera, mis brazos estaban como nuevos y el corazón de vacaciones. Pensaba que el tiempo sería una vergüenza pero no podía hacer nada salvo emplear la violencia.  En mil metros nadie me tocó. Un milagro. Todo cambió en la primera boya, las boyas de giro son algo así como clubs sociales en los que alternas con tus congéneres, pues en esta hubo una reunión muy animada en que no había contacto sino lo siguiente, parecíamos sardinas pecho con espalda listas para el envasado y nadie se mosqueó ni entró en pánico, es que era Alemania. A partir de allí ya pude nadar e intenté hacerlo de la mejor manera que pude. No iba a bajar mi record en el agua, eso era evidente, pero estaba de buen humor, ese lago me caía bien. La última vuelta a buen ritmo y parecía que nunca acabaría, la playa casi se podía tocar pero no llegaba, una vez en ella a subir por un calvario de arena hasta los boxes, vi mi tiempo de 1:06, no era una maravilla pero ya me lo esperaba. Cogí la bolsa y la transición la hice a todo gas. Era un espectáculo ver un espacio como casi dos campos de fútbol llenos de bicis prestas a salir. Nada más empezar a rodar se tomaba
una recta bajo la sombra de hayas y castaños enormes, ligeramente cuesta abajo en la que adelantaba a todo bicho viviente, estaba emocionado y tuve que contenerme porque esas rectas llanas invitaban a los excesos. Me había planteado como objetivo una carrera sensata para llegar fuerte al final, 33 km/h de media era suficiente y yo superaba los 35 pero los cantos de sirena de ese plato de 52 dientes no me dejaba aflojar. En media hora pasamos por la ciudad de camino a las dos vueltas, el asfalto estaba minado de obras y alcantarillas, terreno propicio a los pinchazos, había que ir con cuidado. Por cierto, siempre estaba rodeado de gente, nadie hacía el afilador pero cumplir la norma anti-chuparuedas era literalmente imposible dada la densidad de ciclistas. Salir de la ciudad mejoró el circuito, campos de cebada, vacas pastando, pueblos sacados de un relato de Heidi y alguna subida llena de gente a lo Alpe D'Huez llena de gente a los lados que te hacían aumentar el ritmo involuntariamente. Hasta pasamos por una rotonda donde había una estatua dedicada a Elvis Presley, "El Rey" había hecho la mili en una base americana de la zona y había puesto a ese pueblo en el mapa. Turismo total. También hay que decir que el recorrido tenía sus sorpresas, habia tres curvas con bastante peligro, una de ellas de 90º a toda velocidad en la que pusieron fardos de paja (me imagino para qué) y en la que de frente te encontrabas a familias comiendo despreocupadamente, pero no había problema porque era Alemania. El ritmo era endiablado pero no quedaba otra, los centroeuropeos iban como flechas aunque siempre estuve rodeado de italianos, españoles e irlandeses (y luego dicen que hay crisis del euro). Había viento y se notaba a la ida, desde luego no era como en Lanzarote pero viento había y el resultado es que a la vuelta se rodaba como un cometa en colisión contra el sol. La segunda vuelta la comencé con el incidente obligado del día, se me salió la cadena y no entraba con el desviador, tuve que hacerlo manualmente ¡Qué coñazo! eso no alteró mi humor. de cuando en cuando me venía a la cabeza el hecho de que Juanjo no me había alcanzado aún. Teo estaría a saber dónde más adelante. Del resto de canarios sin señal todavía. La llegada a la segunda transición fue fulgurante y perdí unos segundos valiosos buscando mi bolsa roja. La carrera a pie la empecé muy bien, iba con buenas sensaciones y con buen ritmo, antes del primer giro veo más adelante a Juanjo, como me había pasado? Habría sido en los boxes, menos mal! Así no me dedicaría una canción mientras me pasaba. Hay que mirar el lado bueno de las cosas. A partir de allí todo fue a peor, empece a correr más lentamente y veía impotente como mi GPS iba rebajando la media como si fuese una hemorragia. No me sentía mal, no me dolía nada, simplemente estaba reventado, la bici desaforada me traicionó o simplemente ya me llegaba el muro. El recorrido a pie era espectacular, gente animando por todas partes, árboles, río, rascacielos, puentes y gente cogiendo el sol en el césped. En el kilómetro 25 empeoró, si cabe, el panorama, mi cuadriceps se quería rebelar y casi se me acalambra el isquio al intentar estirar. No pasó a mayores el tema. Al acabar la tercera vuelta, y sólo faltando una, veías como algunos afortunados que tenían el cuarto coletero, el preciado de color verde, entraban a meta todos contentos y yo con una envidia pasmosa. Tenía ganas de acabar el suplicio y quedaban más de diez kilómetros. Por lo menos solo quedaba una y además ningún canario me dobló. Antes de hacer el último giro, el de los coleteros verdes, vi a Rodolfo caminando, no podía creerlo. Su rodillla dijo basta. Termine la carrera galopando entre cientos de personas sentadas en una enorme grada en el Römerberg. Medallita y a echar de menos volver a correr. Bendito vicio.

domingo, 28 de abril de 2013

Volcano's my love

Adoro esta agua turbia llena de biomasa, esto debe ser una fiesta de bacterias y protozoos -eso es lo que creo que pensé cuando toqué el agua de la laguna de La Santa- la deformación profesional me hace apreciar aún más ese charco. Todo el mundo echa pestes de esa laguna en forma de L porque todo el mundo es perfeccionista y no todos toleran un día nublado ni un fondo fangoso. Pues esa laguna es adorable, es guapa como una cara con un lunar en la comisura de los labios. Últimamente hasta los cogotazos en el agua no me preocupan, si peso ochenta kilos deberían cuidarse de mi los que estén alrededor exceptuando, claro está, a Marcos el ferry del club y a Pablo el portaviones calimero. Ahí estaba Sito, el alumno aventajado del Zorritus, por delante de la boya roja que marcaba la salida. Kenneth desgañitándose para que los listos se echaran para atrás y poder dar la salida como Dios manda, pero lo llevo diciendo ocho años (¡¡¡¡8!!!!) ese micromegáfono no sirve para nada, no se entiende nada y a lo mejor él cree que si. Se dio la salida y a nadar, o eso creía, porque de la alta densidad de neoprenos yo ya estaba advertido pero a los cien metros reparé en que mi mano rozaba el fondo y a mi alrededor estaban todos de pie, simplemente no cabíamos entre la boya y la orilla y algunos corrieron (yo también levité)  sobre el agua como el máximo protagonista de la Biblia, afortunadamente las carreras sobre el agua no duraron más de una docena de metros porque se iba más rápido nadando que arando el fondo. No empecé muy cómodo la verdad, me daba la impresión que el lactato proliferaba en mis venas y eso no está bien cuando solo llevas diez minutos de locura, pero como los buenos siempre ganan salvo en la realidad, vi el cuerpito de Marcos a mi lado y es que cada vez que veo sus gráciles extremidades me da subidón, Marcos es para mi la piedra de toque de la natación, y la cosa iba a mejor porque hasta cuidaba la técnica, pensaba en la carita de Tavío diciéndome entre una nube blanca  en mi cabeza: "Pascual, cierra el pulgar, primero los dedos, luego la mano y el codo alto....y agarra el agua" yo obedecía hasta que me daban un cogotazo y me devolvían a la laguna turbia. Bueno, se acabó el agua y me veo a Rober del Columbus, Sito estaba por los boxes y cuando salía allí estaba desvistiéndose el Zorritus que está cogiendo casi su nivel de su loca juventud. Tengo que correr o me meriendan estos tíos -fue lo primero que se me ocurrió- El cielo nublado era promesa de comodidad. Perfecto. Algo de viento. Más perfecto si cabe porque los que no llevasen cabra sufrirían en esos falsos llanos. Me encontré con Inma y la saludé, luego a ritmo para que nadie me pasara hasta Soo, excepto Rodolfo Mederos que con un sobrepeso considerable me estaba dando una lección, si llega a adelgazar me fulmina en Frankfurt. De camino a Famara puse toda la carne en el asador y mantuve el tipo subiendo a Teguise, era hora de ver a los pájaros que tenía por delante en el giro. Rayco, Sito...nadie más, era el tercer majorero en Teguise, pero como siempre algo estropea las buenas historias, tras el giro ahí estaba Juanma Sánchez y ¡Peligro! el tiburón Juanjo esperando a comerme de una pieza, calculaba quinientos metros, puffff. A la vuelta me fue mejor y el escualo no me atrapó, y mi moral por las nubes. Me bajé de la bici y a los pocos metros me engulló, era inevitable, yo corría a un fisco más de cuatro minutos el kilómetro y el a bastante menos de cuatro. Por delante tenía a tres galgos inalcanzables y por detrás a Rodolfo al que le podía oler el aliento y a Juanma que mostraba maneras, La segunda vuelta la corrí a todo trapo para desmoralizar a los de atrás confiando en que en la última vuelta la cercanía de la meta me diera alas. Así acabó la cosa. El Volcano nunca falla, es diversión garantizada.

domingo, 14 de abril de 2013

El Challenge es como un pimiento de Padrón

No pegué ojo en toda la noche, sabía lo que iba a sentir al día siguiente con el añadido de que nunca había hecho un  half  con tan pocas semanas de preparación y con tan pocos kilómetros en las piernas. Por la mañana recogía a Sito y nos fuimos como a la guerra. Ambiente de Ironman, oscuridad, frío, zombis y bicicletas. Últimos retoques, pegar barritas al cuadro, zapatillas, revisar por quinta vez el material. Me voy al a la playa, todos los calimas allí en un corro poniéndose vaselina y diciendo disparates. En la arena no tenía nervios, doy unas brazadas y compruebo que se podía nadar estupendamente, día maravilloso. Suena la bocina y al agua sin golpes ni agobios, la gente muy educada se colocaba y entendía que no hacía falta trepar por ninguna espalda para llegar a meta, ya habría tiempo de coger ventajas o de perderlas. enfilo hacia la segunda boya y nadaba con soltura y potencia, me sentía eufórico, me sentía nadador. A mitad de recorrido veo a mi lado al único que nada sin mangas en el neopreno, era el gran Sito -Esto marcha, pensé- fuimos juntos todo el rato y al final apreté solo para poder decir que salí del agua antes que él, eso no tiene precio. La transición era una eternidad y me lo tomé con tranquilidad que no lentitud. Ya en la bici, a las pocas pedaladas hice lo que hago siempre, inventario de partida para ver como será el día, creo que en las primeras pedaladas sabes como vas a estar, es esa sensación inicial la que te da pistas de lo que puedes ser capaz de dar ese día. Test superado, iba a andar bien en la bici. Ritmo bueno, no me pasaba gente. Llegan las Hermosas y pongo el regulado rporque pasarse allí te condena, hay que hilar fino en sitios como ese, la euforia te puede traicionar. Bajo a todo gas y entramos en el corazón de la prueba, la subida de Chilegua es desmoralizante, parece que nunca va a acabar, parece que no avanzas y menos mal que el viento en contra era suave brisa. Fue ahí donde Juanjo me alcanzó y me cantó un clásico verbenero pero desafinado, bien es verdad que no era un momento propicio para cantar nada con un mínimo de calidad. Llegué arriba con margen de confianza. Bajadas y subidas, bajadas y subidas, ya me conocía la montaña rusa que venía después y llegados a Pájara solo quedaba remachar el segmento en esa bajadita a casa que debe tener un surco en el asfalto con mi nombre. Casi en Las Playitas me alcanzó Iván B. y conseguí no descolgarme e incluso entrar antes en los boxes. Habría que sufrir. A correr con mucho sol y calor, quedaban 21 km con un puerto de 70 metros de altura que había que pasar cuatro veces, lo que la convierte de facto en el Mont Ventoux de las medias maratones. Cuando me acercaba a Gran Tarajal me encuentro de frente a Teo, Jorge, Juanjo, Tavío y Sito. Mucha distancia para mi estado de forma y detrás estaba Iván amenazante. Cuando empezó la segunda vuelta las luces se apagaron, supongo que mis reservas de glucógeno se agotaron y pasaron al consumo de grasas, en definitiva, corría de pena y me dediqué a reservar algo para salir bien en la foto con los dos pies despegados del suelo, todo era precioso hasta que siento pasos a mi espalda, quedaban quinientos metros para meta y tenía que ser imposible, miro atrás y veo la cara de Iván que me iba a a adelantar, parecía la típica película en que parece que el bueno se ha salvado y en el último instante un tiburón sale del agua y se lo lleva a las profundidades. Saqué las útimas reservas del depósito y conseguí, con un susto monumental, lleguar a meta. Saludé con un abrazo a Iván en agradecimiento por hacerme correr. El día me dió otra medallita para la colección y muchos recuerdos para mi cabeza.

domingo, 7 de abril de 2013

Hasta lo rápido y jadeante puede ser divertido

Que no improvisado, porque un triatlón sprint como el de Corralejo tiene su miga, y es verdad que para los amantes del sufrimiento todo lo que dure de menos de tres horas es una chuminada, pero tiene no se qué que le da el encanto de la imperfección. Debería describir mi película, para empezar el agua estaba fría ¿Será que estoy más flaco? Bueno, el agua estaba calmada y apta para nadar a placer. Las boyas amarillas se veían bastante separadas y dije a alguien que por mis ojos veía más de 750 metros allí, efectivamente la natación duró bastante, no me aburrí un segundo y disfruté de lo lindo, casi se me hizo poco el recorrido. Salí del agua entero y oyendo ánimos y avisos de que Sito y Jorge estaban cerca. Ánimos por las nubes. La bici era en circuito urbano, se podía ver a toda la peña como hámsters en sus jaulas. Los primeros kilómetros estaba solo y con alguno detrás, estaba contento y el objetivo era coger gente y que no me cogiera Juanjo que estaba bastante cerca para mi sorpresa, ese chico esta nadando cada vez mejor. A eso del kilómetro diez me coge un grupo que en principio volaba y luego le dio por no correr, lo comido por lo servido, porque detrás estaban acercándose los comanches con las flechas apuntando. Me baje de la bici desesperado por llegar a meta y que no me cogiese Juanjo, los de delante estaban a una eternidad y eso ya era una lucha por la supervivencia. Corrí lo que pude hasta que oí el aullido del lobo feroz, era Juanjo, pero esta vez le hice sudar la gota gorda para cogerme. Buen ambiente y luego lo mejor de todo, la pizza y la cerveza.

lunes, 25 de marzo de 2013

Planeta Kalima (Capítulo XXIV: Por un amigo se hace lo que sea)


Ves ¡Te lo dije! La carnitina es para adelgazar y no para ganar masa muscular, además viene bien para el cutis y la cutícula –Esto lo decía Iván B. mientras no despegaba sus ojos de la revista Saber vivir que había sacado de una columna de revistas con todo lo necesario para ser un buen triatleta- La frase estaba dirigida a Jorge Abajos que con cara de fastidio y entornando los ojos le respondía un “No es lo que me dijo Tito” casi estaba a punto de replicarle a Iván B. hasta que tronó desde el fondo de la habitación un “Basta ya de chorradas y vengan aquí” era Tito, Tito Dickinson, sentado en una mesa y con cara de pocos amigos, miraba de soslayo a los rockeros-triatletas y solo con la intensidad de la mirada había conseguido que viniesen prestos a sentarse a su lado. Estaba vestido con una camisa de Ralph Lauren blanca de botones abierta que mostraba sus abdominales tableta de chocolate esculpidos por la genética y kilómetros de spining, una cadena de oro del grosor de un espagueti  Nº 5 y unos pantalones Armani de corte slim. Iván y Jorge permanecieron callados unos segundos y no pensaban abrir la boca hasta que Tito les dijese algo. Tito soltó un suspiro y empezó la conversación:

Tito: Ya es hora de que traigamos a Juanjo con nosotros y no voy a esperar más -Jorge e Iván se miraron atónitos- antes del viernes santo estará con nosotros.

Jorge: ¡Pero Johnny tiene para rato en la trena!

Iván: ¡Y le quitaron el tercer grado cuando llegó tarde de un entrenamiento que hizo a Las Hermosas, pararon en Pájara y se les fue la pinza!

T.: Díganme algo que no sepa. He dicho que le vamos a traer si o si. He pensado que vamos a sacarle y se perfectamente cómo hacerlo, tu Iván te vas a disfrazar de fulana y concertarás un bis a bis con Juanjo, debajo de la faja llevas una lima y Johnny hará el resto.

Los otros dos calimas asintieron y se fueron a sus casas entusiasmados con la idea prodigiosa del productor favorito de Fuerteventura. A la mañana siguiente, temprano, estaban los tres dentro del coche de Tito, un Aston Martin como el de James Bond pero blanco y azul en honor al club de sus amores. Tito hizo la señal con un parpadeo, no hizo falta que dijese nada e Iván puso el pie a tierra, llevaba una peluca rubia espectacular, minifalda y medias de redecilla (se había depilado la noche anterior) gafas Prada que le tapaban media cara. Los tacones eran de Manolo Blahnik. Iván caminaba con soltura, sin duda producto de las prácticas en los carnavales, y alejarse unos metros a Jorge se le escapó un “Nunca había reparado en lo guapo que es”. Según el plan trazado, y dado el estado claustral de Johnny con poco contacto femenino, Iván tendría que haber estado de vuelta en cinco minutos. Pasaron diez…quince…Tito estaba impaciente y se temía lo peor, pensaba quién le habría mandado a hacer eso, con lo cómodo que estaba representando a Beyoncé y además le habían prometido ser jurado en “Tu si que vales”. Ya estaba desesperado y ve aparecer las curvas del Iván, un poco despeinado y sin resto de pintura labial.

Tito: ¿Qué te pasó?¿Por qué tardaste tanto?

Iván: Nada, entré en la zona de habitaciones bis a bi, como me habías dicho, en la 121. Estaba un poco oscuro y allí me quedé un rato. Johnny fue muy cariñoso pero me pareció que había engordado y sobre todo más alto, se ve que ha cogido kilos en la cárcel.

Tito: …Te dije que era la 211.

Mejor que no hagan puentes colgantes en Lanzarote


Otra vez el agua de Costa Teguise helada, las fulas también entre las rocas. Como el año pasado, todo era idílico, los chicos y chicas calentando el cuerpo en el agua fresquita, poco viento todavía, seguro que no sube más -pensé- todo era felicidad, risas y bromas con los coleguillas. Se dio la salida, las rocas a veinte centímetros de mi pecho y al salir del rompeolas, otra vez las olas sin romper hacían interesante la natación, estaba disfrutando a tope y no iba al cien por cien, es increíble la confianza y placer que he cogido a eso de nadar, que lo haga bien y/o rápido es otra historia. Esta vez me orienté bastante bien y se me pasó el primer segmento en un plis-plas. Al salir del agua los gritos de ánimo de los chicos de la larga eran oro puro, había que tener cuidado con el suelo que era un campo de minas. La bici la empecé desbocado y la subida inicial era fastidiosa, al llegar a la carretera hacia Arrieta metí la directa y pasaba gente. La alegría era desbordante. La subida a Tabayesco me volvió a la realidad gravitatoria, mi peso todavía lastra mis subidas, me pasaron algunos, Sito me dejó botado como una colilla a pesar de sus invitaciones a seguirle como si de paseo fuésemos, no obstante iba bien porque hice inventario al llegar a la cima y las cuentas me decían que era el tercer majorero. Las palmeras dobladas son el mejor anemómetro que existe, y las del parque eólico parecían contorsionistas, en un momento dado mi rueda delantera empezó a vibrar y, peor aún, empezó a resonar. Brevemente diré que la resonancia es un fenómeno físico sumamente interesante en el que un objeto tiene una vibración que se alimenta continuamente, de manera que su amplitud teóricamente puede llegar al infinito o hasta que el objeto se rompa, tal como le pasó al puente de Tacoma en los años cuarenta. Dicho de otra manera, perdí el control de la bici y literalmente me vi empotrado contra un coche, afortunadamente no pasó y me detuve totalmente. En mis venas había más adrenalina que sangre y bajé hasta la siguiente curva a velocidad de tortuga drogada. Me pasaron al menos cuatro majoreros, el resto de la bici lo hice desconcentrado y agarrotado pero feliz de seguir entero. El entuerto no había acabado porque al llegar a Costa Teguise me equivoqué de via y seguí hasta El Hotel Salinas y además induje a David al mismo error porque me seguía de cerca. En ese lapso me pasaron otros tres majoreros. La carrera a pie la hice a ritmo de entrenamiento post-resaca y solo quería acabar y volver a vacilar con esos máquinas que corrieron conmigo ese día.

sábado, 2 de marzo de 2013

El faro nos ilumina aunque haya GPS

Ahí estaba yo, antes de que amaneciera metiéndome en los boxes, todos como zombis, como en un mini-Yo del Ironman. El viento del sur se estaba haciendo esperar, todos esperábamos galerna y el mar estaba practicable. Me metí a "calentar" en el agua y más bien bajé un par de grados Celsius la temperatura de mi cuerpo. Por lo menos me daba tiempo de ver una colonia de erizos de los que no se ven en mi playa. Salimos del agua. Suena la bocina y había espuma por todos lados, la razón es que Marcos estaba cerca y a grandes cuerpos grandes espumeríos, yo pensé que no sólo espuma producía el gigante Marcos sino que llevaba aparejado un rebufo de campeonato, efectivamente, me coloqué detrás y me llevó en butaca, Juanma el civil pugnaba por controlar esa posición de privilegio pero desistió tras algunos forcejeos, parecíamos lemmings peleando por una cueva debajo de la nieve. Intentaba salirme del rebufo pero el placer se esfumaba y me volví adicto a los pies de Marcos. Salí del agua fresco en todos los sentidos y la transición no estuvo muy allá pero en cuanto me subí a la bici empecé un ritmo convincente que no producía muchos lactatos, el ritmo perfecto, tenía que haberlo copiado para el futuro. Pasé gente y si alguno me alcanzaba entonces le contraatacaba. Estaba rebelde. Durante un tramo parecía un deja vu del año pasado porque Brahim me cogió en Las Casitas y ese tío es atravesado en la bici. Al llegar a Tuineje me acoplé y no me desacoplé hasta llegar a los boxes, iba a tren sin cicaterías. Fue bajarme de la bici y el encanto se esfumó, mi ritmo era plomo fundido y lo que quedaba no era un camino de rosas precisamente. Empezaron a pasarme uno tras otro hasta completar el recorrido a ritmo de unos infames 5:10 los mil metros. La subida al faro es casi como una carrera dentro de la carrera, es como un cuerpo extraño en un organismo. Un alien. Es tan brutal que te hace plantearte seriamente dejar de aparentar y ponerte a caminar, la bajada también tiene miga, hay que soportar esos impactos en las rodillas como se puede. Llegados a meta mi sorpresa es que era el primero de mi grupo de edad.....yujuuuuu.

domingo, 24 de febrero de 2013

Si los terneros hablasen...

Cuando a los terneros no los llevan al matadero y sólo les marcan con un hierro al rojo se sienten como ángeles. Es evidente que las expectativas que tienes de un evento determinan gran parte de tu nivel de satisfacción posterior, por eso me siento muy satisfecho de la carrera del sábado en Playa Blanca. Pensaba que no tenía escapatoria y al final salí alive and kicking. Esperaba masacre y corrí bien de sensaciones, que al fin y al cabo es lo principal, sentirse bien. La natación de ensueño, sin golpes, sin agobios, cuidando la técnica, pulsaciones controladas y al final se me hizo corta, estaba disfrutando en el agua, quien me diría eso hace unos años, disfrutando en el agua. No quiere decir que nadase rápido, simplemente me lo pasé bien. La transición fue un mal sueño, no pesadilla, pero como esos sueños que tienes tras un banquete genial pero ciertamente indigesto, el traje de neopreno se resistía a separarse de mi piel y me dio la brasa un rato, tanto que empecé a desesperarme y pensar que no me merecía eso. La bici la empece con buenas sensaciones, tuve la suerte que cogí la rueda de uno que empezó la carrera en plan suicida porque ese ritmo salvaje me hizo adelantar una docena de puestos sin dar pedal con el viento en contra. Vi a los lados de mi bici a Marcos, Salvi y alguno más, cogí un grupo exiguo y nos enganchó Juanjo el terrible, estaba inquieto y no tardó en dar uno palo digno de un Purito Rodríguez cualquiera, le seguí y se descolgaron los que estaban maduros. Seguimos a ritmo estandard y la transición a la carrera fue magnífica. La carrera sin sobresaltos salvo que tenía a Salvi a distancia perfecta para que se decidiera a cazarme y así lo hizo a falta de un par de centenares de metros de meta. Daba igual, estaba la mar de contento, salí vivo y coleando.

miércoles, 23 de enero de 2013

Planeta Kalma (Capítulo XXIII: Si te ofrecen algo muy bueno...)

El sonido de la puerta al cerrarse tras el no era un sonido cualquiera, era la diferencia entre hacer lo que uno quiera o lo que le mandasen. Estaba inquieto, algo sorprendente en un hombre con su legendaria sangre fría, casi que estaba cabreado consigo mismo por sentir inquietud por algo, sea lo que fuese. un funcionario sonriente a pesar de los recortes le hizo una seña y le siguió hasta una sala en cuya puerta había un enorme letrero con la leyenda "Por favor, no hablen del mundo exterior con los reclusos" en la sala había unas cabinas parecidas a los locutorios en que también se hacen transferencias al extranjero por una módica comisión. Se sentó en una butaca bastante incómoda y no tardo en ver al otro lado del cristal a Johnny el calimero en prisión de forma injusta según palabras de su boca, estaba flaco, el pelo largo y desordenado, barba de tres días y las piernas sin depilar, este último detalle le desagradaba especialmente ya que una de las rutinas favoritas de Tito era darse el láser en todo el cuerpo. Se sentó Johnny y tras un instante de perplejidad soltó ¿Y tu quien eres? -mi nombre es Dickinson, Tito Dickinson, respondió nuestro productor- la conversación continuó de esta guisa:
Tito: Tu no me conoces pero yo a ti si. Estoy aquí porque puede que tengas algo que yo quiero.
Johnny: ¿Y que puedo tener yo aquí que no puedas tener tu fuera?
T.: Mira chaval yo soy productor musical, de éxito contrastado, con mucho dinero (estas palabras sobraban pero su chulería no conocía límites), tengo todo lo que yo quiero y puedo hacer que tu seas un poco más feliz a partir de hoy.
J.: mira tío, si quieres algo mío te voy a advertir que me van las tías, si me dejan los entrenos.
T.: No, no te confundas, estoy aquí porque estoy buscando una nueva voz para introducirla en el mundo de la canción y forrarnos vendiendo discos.
J.: ¿No hay cantantes suficientes allá afuera?
T.: Cierto, tengo contratados a gente como a Bruno Mars, David Ghetta y Pepe Benavente, pero ellos no me preocupan, van viento en popa, me preocupan los Blue Oyster Cult.
J.: ¿Blue Oyster Cult? ¿Quienes son?
Tito pensó en ese momento que la ignorancia es tan difícil de ocultar como la pobreza.
T.: Son una banda de rock formada por Jorge, Iván y Brahim. Jorge es el cantante, Iván el bajista y Brahim toca el cencerro....¿De verdad no los conoces? Fueron a Eurovisión en el 98 y quedaron en el puesto 37, nada mal por cierto....pero no vengo a darte lecciones de historia, sino a proponerte que cantes para ese grupo.
J.: ¿No acabas de decirme que Jorge es el cantante?
Tito empezaba a impacientarse, nunca le gusto dar explicaciones a nadie y menos a un presidiario que supuestamente cantaba bien pero que tenía una enorme pinta de matao.
T.: Esto que te voy a decir que quede entre nos, resulta que....resulta que el Jorge siempre ha sido un gran cantante, en todas sus galas daba el do de pecho y llegaba muy alto. Es un tenor que casi podría ser belcantista pero como todo en la vida...como todo en la vida tiene una fase de crecimiento y tras estar en la cumbre viene una época de decadencia. Todavía canta muy bien pero me han dicho que tu eres  un contratenor que llega tan alto como una tía, y te quiero para esa banda. Mira, tengo un montón de canciones para ofrecerte, compuestas por Quincy Jones y por Iván Rodríguez (Tito sacó un papel arrugado y lo pegó al cristal)
J.: Dos litros de leche....cuatro geles sabor tropical.....Arginina con sabor a lima/limón.....
T.: No, esta no es, esta es la lista de la compra, es esta otra...mira, están temazos de primer nivel: Mi madre no me deja salir contigo, Hoy no tengo flow y ésta que será un bombazo: Ya no me quieres porque me dices que no entrenas y has bajado unos kilos.
Tito miraba la lista y se le escapaban suspiros.
J.: ¿Y ese Jorge va a aceptar de buen grado que le haga competencia en su banda?...mira tío yo no quiero follones, a mi me gusta llevarme bien con todo el mundo, yo solo quiero correr y correr sin control....mira tío, he perdido a mis amigos de tanto correr....y de las tías mejor ni hablar.
T.: Pero bueno...¿No eres tu ese que canta de forma sublime cuando tienes flow? A Jorge le vendrá bien un poco de competencia en la banda y tu eres un buen candidato, no puedo dejar que mi grupo se duerma en los laureles y venga otra banda y me quite el número uno de los cuarenta principales.
Además soy Dickinson....¿O crees que con esta pinta te voy a engañar?
El funcionario de guardia le hizo señas a Tito de que el tiempo se había agotado, Dickinson juntó las dos manos como haciendo una plegaria pero el guardia le miró de forma disuasiva. Tito no insistió a sabiendas de que si se lo hubiese propuesto conseguiría quedarse el tiempo que quisiese, nada se le resistía pero en realidad quería irse de allí.
Bueno Johnny -apoyando la palma de la mano en el cristal- ojalá salgas pronto de este agujero, la banda te necesita.
J.: Pues dile de mi parte a Brahim que ya no me viene a visitar, a ver si se digna.
T.: Chao Johnny....por cierto, el sábado a las 8:30, no?