Empezar un año es una buena excusa, como cualquier otra, para escribir una entrada de este últimamente abandonado blog. Es buena cosa esta la de escribir (da igual la calidad del producto) parece que uno habla con uno mismo y además sin corrector ortográfico. Para empezar, el sobrepeso de todos los años, parece una constante universal como la velocidad de la luz (no me creo que Einstein se equivocara) o la constante de Planck, hechos que son inmutables pase lo que pase, haya o no haya crisis, entrenos, fiestas o ayunos. El sobrepeso, afortunadamente, está. Menos mal que es así porque sicológicamente es devastador el olerse que uno está en forma a tan tempranas fechas. Parte del arte de ponerse en forma para un evento deportivo señalado en rojo en el calendario consiste en manejar los tiempos y la psique, uno debe estar en forma y convencerse que lo está, y en enero uno no puede estar en forma aunque lo esté, quizá porque uno no puede estar como una moto todo el año o porque yo soy así, así que prefiero estar desfondado ahora y convencerme de estar mejor más adelante. Este invierno está siendo seco y sin viento, cosa mala mala porque recuerdo inviernos secos seguidos de primaveras ventosas y eso es malo malo para el premio gordo de la temporada del 19 de mayo, tampoco hace mucho frío o el aislante térmico adiposo está haciendo su trabajo. Los músculos bien gracias pero las medias en la bici son de pena, habrá que mejorar eso sea como sea, las medias de carrera a pie son aceptables y en el agua, en el agua lo mismo, creo que no llego al mínimo para aguas abiertas en Londres 2012. Pronto será el duatlón de La Santa, fecha apropiada para hacer vida social triatlética y comprobar lo poco que ha entrenado la gente este invierno, seguro que si va el presi no desentonaría. Que pasen un feliz año 2012 (y los que vienen detrás también).
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