El título de esta entrada es casi una entrada en si misma. Me encanta. Entiendo que casi siempre, por no decir always, que todo pasa aparentemente rápido y no reparamos en ellas, al fin y al cabo lo único que de verdad tenemos es tiempo (y es además limitado) y estamos más pendientes de lo que vamos a hacer que lo que estamos haciendo ¿Qué tiene que ver con el triatlón? Pues miren, si estás en medio de esta larga isla, por ejemplo entre Los Alares y La Corte, que es lo más parecido a una pradera de Arkansas en estas maravillosas islas, puedes olvidarte un instante del Garmin y parar a sentir el vientito en tu cara, ver las chuchangas (caracoles majoreros) trepar por la hierba, ver los gorriones cortejar a las hembras y a los conductores de coches pitarte para que te apartes de su camino. Eso es armonia. Otra cosa, al pararte debes intentar no tener remordimientos por hacerlo, no pienses que los otros triatletas irían a 32 km/h en ese tramo y tu te crees Sófocles mientras tu cuerpo pierde las adaptaciones conseguidas semanas atrás, y con lo que eso cuesta recuperar, y con las graves consecuencias que eso trae en el ranking majorero, y ver la carita de Cándido relamiéndose cuando te tiene a tiro en la bici....bueno, pensándolo bien....¡A entrenar como desgraciados sin ver nada más allá del manillar!
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