Hasta ocho chiquillos por calle había chapoteando, con una pizarra en tierra (en inglés, claro) indicándoles las cosas que tenían que hacer. Menos mal que dejaron de ocupar tres calles a eso de las seis y pude matar el gusanillo y cumplir el planning. Ya se sabe que el plan de entrenos es más sagrado que yo que sé. Nadar en el mar era inviable hoy con el estado del mar. Ley de Murphy: si la piscina está a tope el mar parece el de la peli La tormenta perfecta. De verdad que es más incómodo nadar con otros cinco en la calle, pero te aburres menos, te distraes a tope intentando evitar los codazos del que va a tope por mitad de la calle. Mañana temprano toca sacar de paseo la cabra con vientito chungo, ¡resignación, todo sea por el día D!
1 comentario:
Doy fe de que saliste con la cabra esta mañana y las palmeras estaban ¡¡¡DOBLADAS!!.
Publicar un comentario