Pues porque van la mayoría de los calimeros y muchísimos triatletas de las islas y de otros lados. Además los calimeros siempre dejan anécdotas de esas que se recuerdan mucho tiempo con lágrimas de risa en los ojos. Tal vez porque pasamos la noche anterior en Lanzarote y eso es demasiado pa'l cuerpo, incluida la pasta party.
Dicen los del tiempo que mañana lloverá, mal asunto, cuando empiezan los entrenos a ir bien la cosa se chafa. Hoy me fui hasta El Cotillo, podría haber dado vueltas por Antigua o Pájara-Ajuy que es bastante variado, pero ir a El Cotillo es como una tradición antes de un Ironman (2º año de la tradición). Ya saben, ¡Ni fútbol ni verbenas, el 2 de mayo toca Volcano!
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