"Se buscan hombres para un viaje peligroso. Sueldo bajo. Frío extremo. Largos meses de absoluta oscuridad. Peligro constante. No es seguro volver con vida. Honor y reconocimiento en caso de éxito".
(Ernest Shackleton en los periódicos británicos reclamando voluntarios para una expedición a la Antártida en 1914)

sábado, 17 de septiembre de 2011

Planeta Kalima (Capítulo VIII: La política tiene su encanto)


Se empezaba a notar la claridad de los primeros rayos de luz que salían del horizonte del Pacífico central y ya sonaba por la megafonía del avión que en un rato tomarían tierra en el Kona international airport. Llevaba nuestro presidente favorito todo el vuelo sin pegar ojo, en parte por el brutal jetlag acumulado, tengan en cuenta que en Fuerteventura estaba anocheciendo, pero sobre todo porque desde que salieron de Las Vegas las cosas siguieron torciéndose, para empezar el sicario del hotel no les dejó un centavo para el taxi, hicieron dedo en el arcén de la autopista interestatal 15 y los confundieron con chaperos. Los recogieron hasta trece veces y en todas ellas le explicaron al chófer de turno que no vendían sus cuerpos ni sus favores, evidentemente los dejaban a los pocos kilómetros de la recogida en medio del desierto de Nevada, por cierto un sitio nada acogedor. Al final llegaron a tiempo porque del decimotercer chófer era un predicador muy famoso que salía en la tele y que estuvo todo el rato convenciéndoles del error que cometían y que si no rectificaban arderían eternamente en el infierno. Kándido le dijo al predicador que no eran chicos de la calle sino triatletas y el predicador le contestó que todos decían lo mismo. Afortunadamente llegaron a tiempo de coger un vuelo de Pan American para la isla grande de Hawaii y con tiempo de llegar a la pasta party, máxima preocupación del presi porque le encantaba la pizza hawaiana con mucha piña y jamón. Estaba satisfecho de llegar con los chicos hasta aquí, casi se emocionó cuando recordó al resto de calimeros que no habían venido, por ejemplo pensó en el menudo Markos, pensaba que en esos momentos estaría preparándose para trabajar como chico go go en el Pachá, trabajo que le había conseguido Raúl Castillo y que realizaba con entusiasmo. El presi estaba encantado que en sus bailes sobre la barra usase un mono del calima tuneado con lentejuelas con los colores del club, era una estrella en el local y se llevaba una pasta en propinas, tanto que pudo comprarse unas ruedas Mavic Ksyrium SL de paquete en Wiggle, nada de eBay, nada de miserias. También dedicó un recuerdo para Juan Manuel, el exguardia civil, ex porque ante la baja tasa de multas de tráfico en Fuerteventura donde nadie conduce hablando por el móvil y a nadie se le ocurre superar los límites de velocidad se llegó a un punto en que los guardias tenían las libretas de multas impecables y estaban todo el día ociosos, entonces llegó lo inevitable: a los mandos se les ocurrió dar excedencias voluntarias a algunos guardias ante la falta de trabajo que daba la isla. Nuestro triatleta exmotero se dedicó a la política, si señores y señoras, era una vocación latente la que tenía este simpático extremeño, en un plis plas fundó el PTM, “Partido del Triatlón Majorero". En cada mitin arengaba a las masa enardecidas (la foto es de uno de esos mítines en la plaza de toros de Tetir) propugnando más triatlón y menos fútbol, deporte este último que estaba en franca decadencia, en el programa del partido se incluía obligar a los Ayuntamientos a organizar un triatlón anual, o al menos un duatlón o acuatlón de esos de 800 puntos del ranking. Incluso un miembro del partido residente en Gran Tarajal, radical él, propuso que se sustituyera la asignatura de Educación Física directamente por la de Triatlón, ésta pasaría de dos a tres horas en la ESO (una por cada segmento), también propuso este miembro extremista que los profesores de física y química pudiesen impartir esta asignatura.

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