Fuerteventura ya no es la misma, al menos su clima no lo es, y es que además de seguir el planing ahora además hay que mirar por la ventana a la vez que el parte del tiempo. El año pasado no me mojé ni una vez, este año he perdido la cuenta. En invierno normalmente no pega el viento, este año se alternan las calmas con huracanes. El pasado invierno fue una especie de primavera, este año me pongo ropa térmica, manguitos, dos o tres buffs y cubrepies y así y todo voy tiritando. Menos mal que el planing resiste bien, esa es la ventaja de practicar tres disciplinas distintas, ¿Qué llueve? pues a la piscina, que ahí no afecta el agua que cae. ¿Mucho viento? pues a correr, y la bici cuando se puede que es uno de cada dos días. Por ejemplo, el viernes pasado quería sacar la cabra de su corralito pero la palmera de la rotonda estaba doblada como una c. Yo me fijo en el grado de doblez que tiene dicha palmera como medidor del viento y casi nunca falla, está al descubierto en medio del barranco así que no hay equívoco. Pues la dejé (la sesión) para el sábado y tuve suerte, calma chicha, dia fetén para rodar. El domingo volvió a doblarse la palmera y yo no tenía escapatoria, quedaban por hacer 100 km en la semana 14 y o sacaba la cabra o la sacaba. Salí con el viento del oeste (rarísimo) por lo que nunca me favoreció, siempre incómodo. Pero de esto se trata, un Ironman debe estar curtido como una correa de cuero viejo. A mayor dureza mayor gloria ¿o no?. Me alegro que en Roth haya hecho un día de perros el pasado 13 de julio.
1 comentario:
Roth nos hizo más fuertes.
Hoy me he levantado a las 5:40 para salir a correr.
Publicar un comentario