Como vengo haciendo en los dos últimos años acabo nadando entre Lobos y Corralejo, este año solo cuatro segundos mejor que el pasado aunque la sensación este año fue que nadé bastante mejor, y se quedó en sensación, porque hay tantos factores que influyen en los tiempos realizados de esa travesía que mejor no frustrarse por naderías. El tiempo fue bueno pero ligeramente inquieto el mar, esta vez no me dio tiempo ni de ver algún pejeverde por el fondo. En resumen me lo pasé bien y el tiempo se me fue volando, cuando me vine a dar cuenta ya estaba llegando a las aguas calentitas de la playa de arena nívea. La continuación de la prueba fue harto divertida, entre las cosas que decía Beneharo y la paella para los participantes, y después de recibir el polo con tu nombre y la figurota conmemorativa de cerámica (detallazos). Al final de todo no se podía evitar la tradición: Las dos bolas de helado en la heladería del Club Calima. ¿No creen que no se puede pedir más para finalizar una temporada?.
Ahora toca semanita de descanso total, si, quise decir total, como Iván en estas fechas que según SMS enviado por su majestad el rey de Thai estaba recibiendo masajes y tomando cócteles orientales en Phuket o por ahí más o menos. Hace bien el cabrito, señores...¡A vivir la vida que son dos días y en uno de ellos no hay triatlones!
1 comentario:
NO TE CREAS QUE PORQUE NO ESTOY AHI NO TE TE VIGILO... BUDA LO VE TODO..DIGO... DIOS LO VE TODO
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