
Como el turrón por navidad, el stage en el chicharro no puede faltar. La piscina del Martiánez no la he visto porque no quiero descorazonarme, averiada como está desde la tormenta de hace unas semanas, menos mal que la pista del Taoro funciona, así como las carreteras que transitaba hace ya unos años a diario. Hasta entrenar con calimeros se ha convertido en tradicional, este año Raúl (el realejero, no el PBB) volvió a rodar conmigo por el norte. El clima está tranquilo y ayer fue un placer sacar la Vitus modelo 1990, el mar echado pero no me traje el neopreno. Iván estará relamiéndose leyendo estas líneas, me han dicho que ya está nadando como un torpedo. Menos mal que en el Duatlón de La Santa no hay que tocar el agua porque si no me pasaría por encima la tropa como un tsunami. Ciao ragazzi.
2 comentarios:
Entrena, entrena. Feliz año nuevo Pascual.
Pero...¿entonces no puedo llevar el neopreno al duatlón?...ya me engañaron...
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