Taca tac, taca tac, taca tac, los dedos inquietos del joven Kándido Limoneros martilleaban la mesa de la cafetería del aeropuerto de Fuerteventura. Junto a JuanP, Venearo y el presi se marchaban a Madrid, y de allí a Atlanta y luego Los Angeles (California, USA) y luego sin parar, porque debajo solo hay agua, hasta la isla grande del archipiélago de Hawaii. Como el calendario del iPhone del presi marcaba el mes décimo del año es de esperar que el lector deduzca con todos estos datos que se dirigían al Ford World Champion Ironman de Hawaii. Cada uno lucharía en sus respectivos grupos de edad, Kándido en el 20-24, JuanP en el 50-54, Venearo en el 55-59 y el presi iba de respaldo porque era previsible que con su nefasta temporada llena de retiradas y abandonos no iba a ser invitado, es más, la organización le prohibió participar en la lotería de slots. No querían que se repitiera el espectáculo de su última prueba en que desinfló las ruedas de todas las bicis de su pasillo en los boxes. El que más posibilidades de ganar su grupo de edad era Venearo ya que estaba en un momento de forma increíble, encadenando una serie de victorias en Roth, Frankfurt, Zurich, Malasia y Brasil. Kándido lo tenía crudo dada su extremada juventud e inexperiencia en el segmento de bici que le hacían perder puestos a punta pala tras una maravillosa natación, la carrera a pie era según el día.
Se estaba dando el último sorbo de su gin-tonic cuando el joven Kándido se quitó la melena mechada de delante de los ojos para poder observar mejor a un piloto con apariencia de George Clooney y se lamentó de no haber podido cruzar su mirada con la del apuesto caballero para picarle el ojo, era su arma infalible de seducción, esta vez la presa se le fue viva ¡Céntrate! Le inquirió JuanP, ¡Recuerda que vinimos a ganar y no a ligar! - ¡Antipático! – Le respondió nuestro sub23 preferido. El presi estaba de los nervios porque se retrasaba el avión y podían perderse la pasta party, la crisis había hecho mella en las cuentas del club y no era cuestión de salirse del presupuesto, para calmarse les dijo a los chicos que iría al kiosco (Relay) para comprar el último número de la revista “Finisher majorero” la revista con más tirada de Betancuria y con catorcemil suscriptores reconocidos, porque había mercado negro con los originales y se calcula que media isla lo ojeaba al menos. En la portada se podía ver la foto de Vene cruzando victorioso la meta del Challenge de Las Playitas con la banda de winner en alto y un pie de página vibrante que decía: ¡Otros mil puntos para el Rey Vene, Rasmus a las puertas!
Ya en el avión, Kándido eligió la ventana tras una no pequeña discusión con Vene, menos mal que el saber estar del líder del ranking le hicieron desistir de semejante disputa. El presi torneaba los ojos mientras resoplaba. Nada más despegar el avión la azafata le dejó al sub23 un juego de colorines y unas láminas para colorear además de media bolsa de chuches con la marca Ryanair impresa, de hecho en este vuelo el almuerzo era gratis y te daban un bolígrafo Mont Blanc con tu nombre grabado. El presi abrió la revista y le tocó con el codo a Vene para despertarle, en el poster central estaba su inconfundible figura sobre la bici tuneada por él mismo, acoplado, con la espalda como una tabla de planchar y la rueda lenticular trasera que escondía el plato de 56 dientes que movía el señorito subiendo por Pájara – Vale, ya lo he visto – le dijo a media voz y volvía a acurrucarse en su asiento super amplio y ¡Sin recargo alguno!
1 comentario:
La nota para este relato es de 8, muy bueno pero puedes dar más de ti!
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