"Se buscan hombres para un viaje peligroso. Sueldo bajo. Frío extremo. Largos meses de absoluta oscuridad. Peligro constante. No es seguro volver con vida. Honor y reconocimiento en caso de éxito".
(Ernest Shackleton en los periódicos británicos reclamando voluntarios para una expedición a la Antártida en 1914)

martes, 30 de agosto de 2011

Planeta Kalima (Capítulo VI: I love Joe Pesci)


Treasure island, hacia ese enorme letrero luminoso en la pared de un edificio apabullante en todos los sentidos es donde miraban nuestros calimeros que a esas horas debían estar durmiendo como todo buen triatleta cuando pasa de las once. ¿Entramos entonces? Claro hombre, le respondió Vene al presi –No me parece una buena idea- siguió Iván. Venearo había convencido a todos los calimeros de darse un salto a Las Vegas para jugarse unos cartones de bingo, total, estaban a un par de horas de coche de Los Angeles y el vuelo salía por la tarde. Vene era un decidido partidario de aprovechar el viaje a Kona a tope. JuanP cabeceaba y el zorritus no le hacía ascos a ganarse unas perras fáciles. Kándido peinándose todo el rato.

¿Bingo? Aquí no hay de eso, le respondió el securita de la entrada a Vene. ¿Entonces que hay? Pues de todo menos eso, le contestó. Vene giró la cabeza y les dijo a los calimeros que daba igual, que entrasen porque si habían hecho la kilometrada no era para irse de vacío. Vale, pero solo un rato, le dijo el presi. Se acercaron en grupo hacia la mesa de la ruleta. Los chicos no entendían muy bien de que iba pero la croupier estaba buenísima y les gustaba eso de la bolita dando vueltas. Un tipo con mala pinta les explicó que no había que ser ningún genio y sin embargo tener muchas pelotas para jugar a eso ¡Este es nuestro juego! Soltó Vene. Empezaremos con una ficha de cien dólares al 15. La chica soltó la bolita que daba saltitos entre las celdas y en unos segundos estaba descansando en el…. ¡En el 15!. Los chicos dieron un brinco y se pusieron a tope cuando vieron que la fichita de cien estaba acompañada de muchas otras como ella. Vene dijo (Con un par) ¡Todo a la niña bonita! La croupier volvió a soltar la caprichosa bolita blanca que rodó otra vez, botó y botó y cayó, tras unos eternos segundos ¡En el 15! otra vez, increíble, los chicos bramaban, la croupier miró al techo donde había una cámara de seguridad. En la mesa los jugadores flipaban, todos los ojos de veinte metros a la redonda estaban posados sobre esa mesa. Vene sentía correr la sangre por sus venas, el resto de los chicos estaba pensando que hacer con toda esa pasta y el presi alucinaba, estaba callado de lo impresionado que estaba. Vene les dijo ¡De retirarse nada! Pondremos todo al quince otra vez, hoy ganamos o perdemos, pero con un par. Pusieron cerca de 100.000$ al quince, al ver lo que apostaba Vene la croupier se quedó pálida y discretamente pulsó un botón bajo la mesa, en un santiamén apareció un gordito con traje de seda con un palillo entre los dientes que le mostró su conformidad a la chica. Rodó la bolita y tropezó con la celda del 13, rebotó y cayó en la del 27, siguió allí un instante pero la bolita era caprichosa y cayó, por efecto de la mecánica newtoniana, en la celda 15 y allí se quedó, si, allí se quedó. Tras un instante del mayor silencio se oyó un profundo OOOOHHHH de las cerca de cincuenta personas que se apiñaban en torno a la mesa. Vene estaba mirando a la mesa todavía cuando sintió que levitaba, literalmente, porque dos vigilantes del casino lo llevaban en volandas a una habitación aledaña a los lavabos, junto a él estaban los calimeros. Suelta, joder ¿Qué hacen tíos? Les dijo el presi. Al fondo estaba el gordito del traje de seda que sin levantar la voz les dijo: Sacar tres veces seguidas un número en la ruleta es menos probable que la final de la Champions League la jueguen el Tenerife y Las Palmas. Ahora mismo me vas a decir que sistema tienes o no sales con todos tus dedos de aquí. Vene atinó a decir ¡Si vinimos a jugar al bingo, subnormal!

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