Y es que como había oído que meter la bici en la maleta Massi era complicado (El León dixit) y los nervios me pudieron, esta misma tarde embutí la cabra en la maletona y tardé más o menos quince minutos, y porque lo hice con cuidado porque tengo que reconocer que pequé de precavido y le quité el sillín con su tija porque la chica no quería estrecheces y además le puse protecciones en los dientes para que no le pasara lo que a Pablo que le rayaron uno de los tubos. Hay que ser bestia para traspasar la maleta. Pues me sobra espacio para meter los tupperware con ensaladilla y croquetas de atún que me llevaré por si las moscas y las Böcklunders me caen mal.
Hoy me encontré con Iván y se le nota en el semblante que le gustaría ir a Roth, pero como la única que está entrenada es la perrita tendrá que ser para el 2009 si es que se dan las condiciones. En cuanto a los entrenos, todo es suave como mimosín, nada de dureces ni prisas por llegar, nada de montaña. ¿Y de nadar? mejor a la velocidad de un burgado.
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