Ya me conozco la historia

El viernes miré la página del INM y vi con estupor como para este fin de semana había unos 43 km/h de vientito. Ni me preocupé, ya sé de qué va la historia, ir en llano como si estuvieras subiendo el Col de la Madeleine, con todos los piñones metidos. Otra cosa es la realidad, hoy por la mañana por Catalina García mi bici iba inclinada de costado (Como diría David Escobar, para que mi Px contrarreste F del viento y conseguir el equilibrio). Menos mal que llevaba la Colnago, que es una bici flaca, porque de haber llevado la cabra habría volado tipo kitesurfing. En el camino hacia Agua de Bueyes me encontré con Jorge y sus amigos con sus MTB que se lamentaban del viento, claro que con esos perfiles tipo motocross, así irán. Al León no le vi ni la melena, está muy ocupado y eso se nota en las carreteras. Iván ya es del norte y solo entrena por aquí cuando le cuadra una pausa en el horario de trabajo, habría que hacerle una estatua con la bata skinfit (para estar más guapo). En cuanto a los músculos, todo bien (toco madera) sigo el plan del año pasado sin variar un ápice, aunque como ya dije en otro artículo de esta humilde blog, siempre hay que cambiar algo para que todo quede igual (Il Gatopardo) por eso haré alguna serie que otra para que el León se quede tranquilo. Antes de acabar quería mandarle un saludo a Daniel Betancor del Triac que estuvo haciendo un stage en las Playitas y con ganas a volver aquí, a su isla de adopción.
Pronto los días se harán más cortos y fríos, se hará más duro salir del confort del hogar para entrenar, crecerá el volumen de entrenamiento y la vida se te comprime, ése es el verdadero Ironman, ahí está el placer de un estoico 100% como Marco Aurelio. No por sabida, la historia deja de ser dura ¿Cojonudo no?